Martes, 21 de enero de 2014 | Hoy
DEPORTES › TENIS > NADAL DEJó ATRáS AL JAPONéS NISHIKORI EN EL ABIERTO DE AUSTRALIA
El español tuvo que esforzarse demasiado para pasar a los cuartos de final, debido a que el 17º del ranking jugó a gran nivel y le opuso mucha resistencia. “Pude haber perdido cualquiera de los sets”, remarcó el número uno.
Por Sebastián Fest
Rafael Nadal superó ayer una dura prueba ante el japonés Kei Nishikori para avanzar a los cuartos de final del Abierto de tenis de Australia, donde mañana se enfrentará a otro joven en ascenso, el búlgaro Grigor Dimitrov. Número uno del mundo, Nadal se impuso 7-6 (7-3), 7-5, 7-6 (7-3) al japonés, 17º del ranking mundial, mientras que Dimitrov (22º) frenó al español Roberto Bautista Agut con un 6-3, 3-6, 6-2, 6-4. “Es un jugador fantástico, le pega a la pelota muy fácil, muy pronto, la pelota se me venía muy encima. Pude haber perdido cualquiera de los sets”, elogió Nadal a Nishikori, que pese a haber perdido en sets corridos por sexta vez en seis partidos fue la prueba más exigente del torneo hasta el momento para el máximo favorito.
Con un juego agresivo desde el fondo, sorpresivos y secos ángulos cortos de derecha y revés, y la decisión inclaudicable de correr tanto o más que su rival, Nishikori puso en serios aprietos a Nadal durante las tres horas y 17 minutos de juego. “Tuve que correr mucho”, admitió el español, que abrió el partido como acostumbra, apretando el acelerador, aunque su ventaja de 2-0 se convirtió poco después en 2-3. El español tampoco pudo aprovechar que Nishikori sacara 0-40 en el 3-3, pero supo recuperar una desventaja de 4-2 en el segundo parcial.
Para Nadal era un partido completamente diferente de los tres anteriores, ya que el japonés –con su entrenador Michael Chang en la tribuna– lograba lo que ninguno de los otros rivales: quebrarle el servicio. E incluso más: en el segundo set, en uno de los muchos puntos en los que Nishikori lo desparramaba de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, Nadal cayó espectacularmente, rodó sobre sí mismo –con inteligencia para proteger las rodillas– y se encontró con que los cordones de su zapatilla derecha estaban rotos.
“¿Puedo ir, puedo ir al vestuario?”, rogó Nadal a Eva Asderaki, la desconcertada jueza de silla. “Se me rompieron los cordones, tengo unas zapatillas en el armario”. “Sorry, Kei, se me rompieron los cordones”, le explicó Nadal al azorado Nishikori mientras salía corriendo de la cancha rumbo al vestuario. “Nunca me pasó algo así, es bueno experimentar nuevas cosas”, diría después Nadal, que se hizo atender por una ampolla en la mano izquierda. Al regreso, Nishikori siguió complicando a Nadal. El segundo set se le escapó por detalles al japonés, que cuando parecía vencido en el tercero, en desventaja de 4-2, igualó en cuatro, volvió a quebrar el servicio de su rival y se dispuso a ganar el parcial.
En ese instante volvió a confirmarse algo que se comenta en el mundo del tenis: Nadal es a veces demasiado Nadal, gana incluso por el mero hecho de estar ahí, intimida al rival, lo llena de ansiedad. El japonés hizo su peor juego en un largo rato y con tres errores entregó el game para ir a 5-5. Llegó el tie break y otra vez Nishikori falló más que Nadal, que sudando como nunca antes en el torneo se instaló en cuartos a la espera de nuevos y crecientes desafíos. Dimitrov, el próximo rival de Nadal, está viviendo el mejor torneo de su vida, ya que es la primera vez que un jugador búlgaro llega a los cuartos de final de un Grand Slam.
Mientras su novia, la rusa Maria Sharapova, se iba eliminada antes de tiempo, Dimitrov construía su historia maravillando con ese revés a una mano que de a poco vuelve a verse en el circuito. “Estoy muy feliz de estar en cuartos, pero ni cerca de estar satisfecho”, dijo, ambicioso, el búlgaro de 22 años. “Trabajé mucho en la pretemporada, es agradable ver los resultados”, añadió tras derrotar al número 62º del mundo, que estaba por primera vez en los octavos de final de un Grand Slam. “Al final es sólo un partido”, dijo el búlgaro acerca del choque con Nadal. “Pero uno de esos partidos que quiero comenzar a jugar con más frecuencia.”
La que no jugará en cambio es Sharapova, número tres del mundo, que perdió 3-6, 6-4, 6-1 ante la eslovaca Dominika Cibulkova, 24º del ranking mundial. “Lo más importante fue que entré a la cancha creyendo al ciento por ciento que podía ganar este partido. Perdí el primer set, pero no me dejé caer”, dijo la eslovaca tras su éxito en el Rod Laver Arena, el principal escenario del torneo. Un día antes, el mismo estadio había visto caer a la número uno del mundo, la estadounidense Serena Williams, a manos de la serbia Ana Ivanovic.
Cibulkova jugará ante la rumana Simona Halep, vencedora de la serbia Jelena Jankovic 6-4, 2-6, 6-0. Sharapova, que mencionó molestias en la cadera, se tomó la derrota con cierta acidez. “No vine jugando mi mejor tenis en este torneo, pero encontré la manera de superar los últimos dos partidos. Lo intenté nuevamente, pero ella jugó extremadamente bien”, dijo.
En otros partidos jugados ayer, la bielorrusa Victoria Azarenka, bicampeona del torneo, se impuso 6-3, 6-2 a la estadounidense Sloane Stephens. La rival de Azarenka, máxima favorita del certamen tras las eliminaciones de Serena Williams y Sharapova, salía del duelo de anoche entre la española-venezolana Garbie Muguruza y la polaca Agnieszka Radwanska.
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