De local ante Boca Unidos, Independiente rescató un punto. Así de llamativo. Es que el conjunto de De Felippe recién alcanzó la igualdad sobre el final, cuando la derrota 1-0 parecía ser inexorable.

Si alguien sólo vio los primeros cinco minutos del partido, difícilmente pueda entender el resultado y, sobre todo, el desarrollo que tuvo el encuentro. Es que en ese pasaje Independiente mostró un juego arrollador, acorraló a Boca Unidos contra su arco y le provocó un par de sofocones a Martínez Gullota. Tanto que Parra tuvo una chance clarísima cuando eludió al arquero, pero con poco ángulo decidió patear al arco, mientras dos compañeros esperaban libres por el medio. Moisés, sobre la línea, evitó la conquista.

Tras ese inicio abrumador, el conjunto de Avellaneda comenzó a aflojar el ritmo. Seguía dominando y aproximándose con riesgo al arco visitante, pero su presión y su juego no eran tan constantes. Del otro lado, Boca Unidos supo capear el temporal y se encontró con que a partir de los 20 minutos, el trámite ya era más equilibrado y el marcador seguía empatado. Eso le permitió ajustar las marcas, mantener la concentración y empezar a tirarle la presión a su rival, algo impaciente porque el merecido gol todavía no había llegado. Ni Insúa, ni Pisano ni Montenegro, los talentosos volantes ofensivos del conjunto de De Felippe, pesaban en el juego, por lo que los correntinos lucían más cómodos.

Con ese nuevo esquema de partido, entonces llegó lo inesperado. Israilevich armó una buena maniobra por la izquierda y habilitó a Raymonda. El ex Arsenal sorprendió con un giro a su marcador y, cuando todos esperaban el centro para Núñez, la pelota se le metió por arriba a Rodríguez. Si había algo de impaciencia con el empate, es de imaginarse el clima tenso que comenzó a vivirse en el Libertadores de América. Como si el ascenso dependiera de este partido, la gente comenzó a transmitirle intranquilidad al equipo, que empujó mucho más de lo que jugó. Por eso, las llegadas surgían por insistencia y no por claridad.

Dentro de ese panorama oscuro, las ocasiones igual aparecieron, sobre todo con dos chilenas que intentó Parra, una de las cuales reventó el travesaño de Martínez Gullota. Además, el arquero se lució con una tapada ante un tiro libre de Montenegro. A esa altura, el ataque era ciego. Pero de esa manera llegó el empate: Cáceres ejecutó un pelotazo desde su campo y Fernández aprovechó la indecisión de Gullo-tta y Maldonado para tocar cruzado para marcar la igualdad. Luego lo pudo ganar con un remate de Zapata, pero también lo pudo perder con un mano a mano que Rodríguez le ganó a Ríos. Por eso, en definitiva, el Rojo rescató un punto.