Floyd Mayweather fue acusado ayer por dos de sus empleados de intento de asesinato, mutilación y secuestro. Los dos hombres habían sido contratados para trabajar en la mansión que el boxeador tiene en Las Vegas y fueron agredidos brutalmente tras la desaparición de unas joyas. Ambos negaron el robo y hace varias semanas fueron contactados para reencontrarse con Mayweather, quien los recibió con otras personas para propinarles una paliza con varias armas, entre ellas bates y palos de golf. Las víctimas terminaron con graves heridas que incluyen fracturas de brazos y piernas. El campeón mundial ya cumplió tiempo atrás una condena de 90 días en Nevada por violencia doméstica.