Desde San Pablo

La historia le vuelve a dar la mano a la Selección Argentina, para que siga agigantando aún más su linaje. La chance la tendrá hoy, curiosamente, en suelo brasileño, y ante un adversario con el cual se ha creado un clásico en competencias mundialistas: Holanda. La última vez que el seleccionado arribó a una final del mundo fue en 1990, cuando la mayoría de los actuales jugadores daban sus primeros pasos en la vida. Ellos buscarán esta tarde ubicar nuevamente al equipo en el encuentro decisivo de este Mundial 2014, y que las barreras surgidas hace 24 años continúen siendo derribadas.

La mejor carta de presentación que posee Argentina para mostrarles a los holandeses son los dos títulos ganados (1978 y 1986), ante un rival que estuvo cerca en tres oportunidades, pero nunca ha podido alcanzarlo. Precisamente, el primero de los argentinos fue en la cara de los holandeses, en la final jugada en el estadio de River, cargada de dramatismo.

Además de las copas, que la convierten en una de las potencias, Argentina cuenta con argumentos reales para hacer todavía más grandes sus pergaminos.

El nombre de Lionel Messi, ubicado en la cima del fútbol, le permite imaginar los mejores destinos. El rosarino tendrá hoy una gran oportunidad para exhibir, ante el rival de mayor riesgo hasta el momento, todo lo que se considera de él en el planeta. Intimamente, él sabe que aquí en Brasil tiene todo para aspirar a lo único que no ha conseguido en sus dos mundiales anteriores.

El diagrama diseñado por el técnico Alejandro Sabella no es el que favorece del todo a Me-ssi, pero el jugador del Barcelona también es capaz de prevalecer en esas condiciones, como lo hizo ante Bélgica. Encima, el es uno de los que hace cuatro años quedaron heridos luego de la contundencia de los alemanes, en Sudáfrica, y tiene ese agregado extra por estos días.

Holanda también aparece con una espina atravesada, luego de ser finalista en 2010, en lo que fue la tercera definición perdida en los mundiales, sumando a la de 1974, y depositará en Arjen Robben todo su fútbol para ir por la revancha. Si se toman en cuenta los apellidos que pueden presentar unos y otros, los europeos contarían con más técnica dentro del campo de juego. Van Persie, Sneijder y Kuyt están capacitados para controlar la pelota con pulcritud y armar un circuito ofensivo de temer. En ese sentido, con las bajas de Di María y Agüero, quien estará disponible pero sólo para participar unos minutos, todo queda demasiado supeditado a Messi, más el acompañamiento de Higuaín.

El de Napoli fue el más destacado el sábado último, luego de varios partidos lejos de su mejor nivel, y las chances de Argentina dependen también de que él pueda mantener el mismo rendimiento.

Más allá de que Argentina continúa presentando tres delanteros en el campo, la función que cumple Lavezzi no tiene nada que ver con el ataque. La elección del técnico Sabella le ha quitado brillo al equipo, pero ha ganado seguridad defensiva, un punto en el cual había muchos cuestionamientos. Como el rival de hoy aparece como uno de los más aptos para ir hacia adelante, Sabella se resguardará aún más en su sistema preferido. En ese aspecto, si bien Holanda tampoco ha desparramado elegancia en Brasil, deja la sensación de que arriesga más en busca del objetivo.

El conjunto nacional es el único que ganó todos sus partidos en el Mundial, mientras que los holandeses ganaron cuatro y empataron el último, frente a Costa Rica, a la cual terminó derrotando en los penales.

Ese envión anímico que producen las victorias les permite a los jugadores encontrar respuestas positivas cada vez que intentan el desnivel. Y eso mismo buscarán hoy en el Arena Corinthians de San Pablo, para que el repertorio argentino vuelva a rozar la hazaña.