Lunes, 14 de julio de 2014 | Hoy
DEPORTES › ARGENTINA TUVO MáS CHANCES QUE ALEMANIA, PERO NO SUPO APROVECHARLAS DURANTE EL PARTIDO
La falta de puntería de Higuaín, y hasta del propio Messi, que suele ser infalible en ese rubro, terminó volcando la balanza a favor de Alemania, que no desperdició una de las chances que se le presentó. La actuación fue mucho más digna que la de Italia ’90.
Por Adrián De Benedictis
Desde Río de Janeiro
Lamentablemente, el desenlace volvió a ser el mismo de hace 24 años. El llanto de Diego Maradona en Roma se repitió en los rostros de los jugadores argentinos ayer en Río de Janeiro. Alemania volvió a ser el verdugo en la final de la Copa del Mundo, esta vez en Brasil, y el tercer título se vio postergado una vez más. Pero a diferencia de lo que sucedió en 1990, este conjunto dio la talla para asumir no sólo el compromiso decisivo, sino que también exhibió que se encuentra entre los mejores del mundo. El dolor continuará por otros cuatro años, aunque los reproches quedarán al margen con un plantel que hizo de la entrega y el sacrificio su propia bandera.
El desafío de ayer no era sencillo, aunque Argentina tenía claro que no sucedería lo que ocurrió con el anfitrión en la semifinal, que sufrió una humillación histórica. El equipo, aun sin lucir, estaba consolidado en todas sus líneas, y el rendimiento iba en escala ascendente. La derrota de ayer no contempla que el seleccionado nacional fue inferior a los europeos. La paridad fue muy grande y el único gol apareció por un descuido defensivo, sobre todo por el lado derecho, cuando la definición por penales estaba muy cerca.
Argentina tuvo momentos en los que se vio superado, y otros en los que pudo controlar el desarrollo a su favor. En los instantes desfavorables fue cuando decidió jugar sin la pelota, y esperar en su terreno el adelantamiento de los alemanes. Y con un mediocampo como el que posee Alemania esa decisión es muy peligrosa. La movilidad y la practicidad que tienen Müller, Kroos, Schweinsteiger y Özil es asombrosa, y si todos están iluminados ese día el rival lo padece. Por eso les fue como les fue a los brasileños.
La final de ayer no tuvo nada de parecido al partido del martes pasado, incluso Argentina tampoco especuló como en algunos pasajes frente a los holandeses. Cuando se decidió a ir en busca del desnivel casi siempre lo consiguió, y las chances para convertir estuvieron repartidas en la misma proporción. La falta de puntería de Higuaín, y hasta del propio Messi, alguien que suele ser infalible en ese rubro, terminó volcando la balanza a favor de Alemania, que en una de las que se le presentó no la desperdició.
Este equipo siempre espera algo más de Messi, y los rivales lentamente se dieron cuenta de cómo neutralizarlo. Alemania también le fue cerrando los caminos, y cuando lograba escapar, provocaba desconcierto. La sensación que quedó fue que necesitó de alguien más en el armado del juego ofensivo, y los que estaban a su lado no lo pudieron complacer. Lavezzi fue el que lo ayudó mucho durante el primer tiempo, el único tramo del partido en el que estuvo el ex San Lorenzo, pero cuando éste salió el acompañamiento no fue el mismo.
Lo que se le reclamó a Argentina en la mayoría de los partidos fue la falta de audacia. De todas maneras, con el esquema que encontró el técnico Sabella tampoco perdió la intención de atacar, sino que lo hacía de manera menos ambiciosa. Por ejemplo, se dio ayer la situación de que a través del contraataque, el equipo llegó con claridad al arco de Neuer, pero los jugadores que estaban en el área no eran más de tres, mientras que los alemanes se encargaban de desprenderse con mucha gente hacia la zona de Romero.
El desgaste físico fue otra ventaja a favor que tuvieron los alemanes, que a los 30 minutos del primer tiempo ante Brasil ya tenían el partido terminado, y Argentina llegó a una definición por penales un día después, con toda la tensión que provoca. Los hombres que ingresaron trataron de imprimirle cambio de ritmo pero tampoco lo lograron. Agüero, Palacio y Gago alternaron aciertos y errores, pero sobre todo lo último. La situación del ex Independiente fue particular. No se duda de sus condiciones como atacante, pero no ha cumplido como lo venía haciendo en su club por inconvenientes con su físico, y como hasta se especuló que podía disputarle el puesto de mejor jugador del equipo a Messi, la frustración fue más grande todavía. El tiempo que estuvo ayer en la cancha, desde el comienzo de la segunda parte, tampoco le alcanzó para revertir su presente.
El proceso de Sabella, hasta aquí, se cierra de manera satisfactoria. El segundo puesto en un Mundial, con todo el tiempo que pasó para volver a estar en el podio, es heroico. La pena permanecerá seguramente por un tiempo largo, por haber estado tan cerca de alcanzar algo que sigue siendo esquivo. Pero el camino tomado es el correcto.
Estadio: Maracaná (Río de Janeiro).
Arbitro: Nicola Rizzoli (Italia).
Gol: 112 m Götze (AL).
Cambios: 31 m Schüerrle (6) por Kramer (Al), 46 m Agüero (4) por Lavezzi (Ar), 77 m Palacio (5) por Higuaín (Ar), 85 m Gago (5) por Pérez (Ar), 87 m Götze (7) por Klose (Al), 119 m Mertesacker por Özil (Al).
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