Una comedia de enredos. Así puede describirse lo sucedido ayer en torno de la resolución de la cuarta fecha del torneo, con partidos suspendidos una y otra vez, vueltos a instalar en la programación y finalmente confirmados para hoy y mañana. Algunos planteles, como el de Estudiantes, que habían abandonado su concentración a causa de la suspensión, debieron volver precipitadamente. Los encuentros que restan jugarse por la cuarta fecha, que arrancó ayer con tres partidos, se jugarán normalmente, aunque los de mañana se disputarán a puertas cerradas.

Los dirigentes de varios clubes reaccionaron por la tarde frente a las contramarchas. A propósito de la primera postergación, la de los partidos programados para mañana una vez que Utedyc, el gremio que agrupa a los controles y empleados de los clubes, anunciara su adhesión al paro, Boca pidió suspender su encuentro, previsto para hoy, entendiendo que Vélez, su rival del domingo, lograba una ventaja adicional al no verse obligado a jugar mañana. Frente a la posibilidad de que surgieran más reclamos frente a las ventajas deportivas, la AFA decidió la suspensión completa de los encuentros de hoy y mañana.

“Nosotros tenemos entradas vendidas, es indignante y nadie nos consultó nada. Es poco serio tomar una decisión así y no le encuentro una razón”, se quejó el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio. “No me gusta esta sanción porque teníamos todo programado para jugar. Me parece que éste no es un buen mensaje para la gente en un proceso de transición de la AFA”, protestó el titular de San Lorenzo, Matías Lammens.

Esos reclamos derivaron en la decisión de la AFA, tras una improvisada reunión en su edificio de la calle Viamonte, de dar marcha atrás con la suspensión, lo que tampoco era del agrado del Gobierno, que financia el programa Fútbol para Todos.