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@p>El Abierto de Australia produjo un impacto de magnitud con la eliminación del suizo Roger Federer en la tercera ronda, en la que el español Rafael Nadal exhibió un buen juego para instalarse con autoridad en octavos de final.

Federer cayó inesperadamente por 6-4, 7-6 (7-5), 4-6, 7-6 (7-5) ante el italiano Andreas Seppi, número 46 del ranking mundial y victorioso por primera vez en 11 partidos con el suizo. “No pensé que llegaría a la bola, el de él fue un tiro ganador, así que no sé como hice yo para lograr también un tiro ganador”, comentó el italiano de 30 años, aún impactado por el passing-shot de derecha paralela con que se llevó el triunfo en dos horas y 57 minutos de batalla en el Rod Laver Arena.

Es la primera vez desde 2001 que Federer se despide de Australia en tercera ronda. El suizo no podrá buscar este año su quinto título en Melbourne Park, una cifra que ningún jugador alcanzó en la era profesional del tenis. A sus 33 años, Federer llegaba en gran forma al primer Grand Slam de la temporada, con un título en Brisbane hace dos semanas y un rush de cierre en 2014 que lo situaban con serias posibilidades de recuperar el número uno del mundo. Sólo los resultados de los próximos meses darán la dimensión real de cuán grave es la derrota sufrida ayer por el suizo.

Seppi manejó el partido con un servicio confiable y una derecha veloz, sin complejos ante el tenis rápido, pero también con errores, del 17 veces campeón de Grand Slam. “Sigo creyendo que si aún estuviera en el torneo tendría una posibilidad de ir muy lejos. Lo dije al principio del torneo, realmente lo creo”, dijo el suizo. “Fue sólo un mal día. Me habría gustado jugar mejor, pero se hizo duro al perder el primer y el segundo set. Los dejé escapar, en cierto modo creo que gané los puntos incorrectos hoy”, indicó el suizo.

No tuvo ese problema Nadal, durante buena parte del encuentro tan a superior a Dudi Sela, que con el español en ventaja de 6-1 y 4-0, el israelí le pidió con gestos que le dejara ganar un punto. El público festejó la ocurrencia y a Nadal no le quedó otra opción que sonreír ante la evidencia. Fuerte físicamente y veloz en sus desplazamientos, el español no recordó en nada al jugador que en la noche del miércoles estuvo a un paso de abandonar en su agónico triunfo en cinco sets sobre el estadounidense Tim Smyczek.