Si el entrenador de River fuese Alfio Basile, ya se hablaría de silenzio stampa. Es que el plantel que conduce Marcelo Gallardo retomó ayer las prácticas, luego de la goleada 5-0 sufrida ante Boca, sin brindar declaraciones y evidenciando todavía heridas que dejó el duro traspié en Mendoza. Con esas secuelas, el técnico ya está pensando en rearmar el equipo para el encuentro de ida de la Recopa Suda-mericana ante San Lorenzo, que se jugará el próximo viernes en el estadio Monumental.

De cara al primer partido oficial del año, el equipo que pondrá Gallardo es una incógnita, ya que el técnico tendrá que decidir si respalda a sus jugadores o mete mano y realiza variantes. Recién hoy, un protagonista dialogará en una conferencia de prensa y será el primer jugador que dará la cara luego del Superclásico en Mendoza. Será, claro, la primera explicación oficial ante el clima caliente que se vivió en el vestuario, con reproches entre algunos jugadores por el bajo rendimiento y, sobre todo, por las infantiles expulsiones de Carlos Sánchez y Teo Gutiérrez. “Son unos cagones”, fue la acusación de Gabriel Mercado a sus compañeros.

Gallardo mantuvo ayer una charla con el plantel en Ezeiza y después lo hizo con su cuerpo técnico, en búsqueda de que River regrese al nivel que lo llevó a ganar el semestre pasado la Copa Sudamericana. Las principales dudas en la formación pasan por la defensa y el ataque. En la última línea, el bajo rendimiento de los centrales Jonatan Maidana y Ramiro Funes Mori haría que vuelvan al equipo Germán Pezzella y el colombiano Eder Alvarez Balanta. Además, el lateral izquierdo Leonel Vangioni, quien no tuvo buenas producciones durante los amistosos de verano y fue reemplazado en el entretiempo del Superclásico, también podría dejar su lugar.

El otro foco caliente está en la delantera por lo mal que jugaron ante Boca Gutiérrez, quien para colmo se hizo expulsar, y el uruguayo Rodrigo Mora. A ellos también se les suma el caso de Sánchez, que duró sólo once minutos en el partido por una tarjeta roja directa producto de una imprudencia verbal.

En definitiva, Gallardo tendrá la dura misión esta semana de armar un equipo que reavive la ambición y el espíritu del River ganador. Para eso, deberá resolver darles una nueva oportunidad a sus dirigidos contra San Lorenzo o pegar un volantazo e introducir modificaciones, que hasta podrían ser seis.

En cuanto a la actividad, los jugadores hicieron trabajos de fuerza, físicos y fútbol en espacios reducidos. Los mediocampistas Leonardo Ponzio, Martín Aguirre y Pablo Aimar se entrenaron de manera diferenciada. El plantel volverá a practicar hoy en Ezeiza, desde las 9, de nuevo a puertas cerradas.