Defensor del título de la Copa Libertadores, San Lorenzo comenzará a definir sus posibilidades de pasar a los octavos de final del presente certamen, en el Nuevo Gasómetro contra el San Pablo, el auténtico escollo del conjunto argentino para superar la fase de grupos. El equipo de Edgardo Bauza, que se ubica tercero en el Grupo 2 con tres puntos, necesita imperiosamente una victoria para seguir dependiendo de sí mismo para pasar a la próxima fase de la Copa y defender la corona que obtuvo por primera vez en su historia en la edición pasada.

Su rival, San Pablo, que el pasado 18 de marzo lo derrotó por 1-0 en el estadio Morumbí, tiene seis unidades y escolta al líder Corinthians, que suma nueve, el otro equipo brasileño, que avanza a paso firme hacia la siguiente fase y que, desde las 22, recibirá a Danubio, de Uruguay, el equipo más débil del grupo y que aún no sumó puntos.

Ante este panorama, San Lorenzo afrontará la primera “final” para seguir con vida, ya que una derrota lo dejaría al borde de la eliminación. Desde que la Copa se disputa con el formato de 32 equipos, sólo dos campeones defensores no pudieron avanzar a la fase eliminatoria: Internacional, de Brasil, en 2007, y Liga de Quito, de Ecuador, en 2009.

Un detalle no menor es que el Ciclón no estará solo en esta dura parada, ya que luego de cumplir la sanción de disputar el partido a puertas cerradas ante Corinthians (0-1), los socios e hinchas podrán volver a ver a su equipo. “Contra el San Pablo tenemos que reventar el estadio. Si sos Cuervo no podés faltar”, arengó Marcelo Tinelli, vicepresidente del club, a través de su cuenta de Twitter.

En cuanto a lo futbolístico, el equipo de Bauza llega en alza, ya que luego de cuatro triunfos en fila (Estudiantes 2-0; Huracán 3-1; Chicago 1-0 y Lanús 4-0) trepó a la cima del campeonato y recuperó la eficacia ofensiva que tanto padeció en los primeros partidos de la temporada. Para esta levantada mucho tuvo que ver la solidez del experimentado colombiano Mario Yepes en la defensa, el mediocampista ofensivo Sebastián Blanco, uno de los refuerzos, el emblema Leandro Romagnoli en la creación, y el goleador Mauro Matos, autor de cinco tantos, en la ofensiva.

La única baja sensible en el equipo de Boedo es la del volante Néstor Ortigoza, quien sufrió un desgarro y recién reaparecería en diez días, pero que fue bien reemplazado por el santiagueño Enzo Kalinski como “doble cinco” junto a Juan Mercier.

Del otro lado, el director técnico del San Pablo, Muricy Ramalho, ratificado en su cargo la semana pasada, no contará con el delantero Luis Fabiano, afectado por una lesión muscular, pero sí tendrá entre los once titulares al ex Racing Ricardo Centurión. Además, el entrenador del conjunto paulista, que en el torneo local goleó a Linense (3-0), dejaría en el banco de suplentes al enganche Paulo Ganso, por su bajo rendimiento, y aún no definió si jugarán los laterales Bruno y Carlinhos. “Es el partido más importante porque una victoria nos deja en una condición excepcional y una derrota en una situación difícil”, expresó el arquero Rogerio Ceni, la insignia de este equipo y autor de 126 goles en toda su carrera.