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El deporte también debe hacer su balance después de doce años de una gestión siempre orientada a similares políticas de inclusión y desarrollo, una continuidad inédita en la reciente historia democrática de la Argentina. Las cifras del período son elocuentes y hablan por sí solas. El presupuesto se incrementó más de diez veces. Se aprobaron leyes trascendentes para su presente y futuro, como la de los Juegos Evita y la de creación del Enard.

Si observamos el deporte de alto rendimiento, vemos que se obtuvieron 16 medallas en nueve deportes diferentes en Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012, la mejor actuación en tres Juegos Olímpicos consecutivos en más de sesenta años.

Al tomar como referencia el deporte social, vemos que la participación en los Juegos Evita se incrementó de 300.000 a 1.200.000 niños y niñas desde 2003 a la fecha, convirtiéndose así en un formidable impulso para la inclusión de los niños y adolescentes hasta entonces marginados del maravilloso mundo del deporte.

La cantidad de disciplinas en disputa en estos Juegos, en donde participan todas las provincias argentinas, creció de 7 a 25, incluyéndose también por primera vez disciplinas para discapacitados y actividades para adultos mayores. Las becas durante el período 2003-2014 se incrementaron en un 150 por ciento, becándose el año anterior a 1425 deportistas.

Finalmente, en el día a día impactan las cifras de utilización del Cenard, que en 2001 convocó en sus instalaciones a menos de 12.000 personas, en tanto que en 2014 alojó nada menos que a 79.385 deportistas y técnicos. ¿Por qué esas diferencias siderales en la utilización? ¿Acaso por la simple generosidad del Estado en la presente gestión?

No, simplemente porque el Cenard era poco utilizable en el 2001: el hotel tenía la mitad de plazas que el actual, la pileta estaba clausurada y la pista de atletismo se encontraba intransitable aun para caminar en ella. Hoy, con dos nuevas pistas de atletismo, el complejo de natatorios en pleno funcionamiento y las grandes mejoras en alojamiento y elementos de evaluación científica, este centro muestra una cara muy diferente de la del inicio del milenio.

Quizá lo más importante es el renovado desafío de lo que aún queda por hacer en nuestro deporte, por supuesto, en la medida en que se mantenga la continuidad de un Estado presente.

* Director nacional de Deportes.