El Barcelona jugará la final de la Champions League pese a perder 3-2 ante el Bayern Munich en la vuelta de semifinales en el Allianz Arena. La victoria de los alemanes no fue suficiente para remontar el 3-0 de la ida en Barcelona, que jugará por el quinto título de su historia después de los conquistados en 1992, 2006, 2009 y 2011, tras perder las finales de 1961, 1986 y 1994. El rival saldrá del duelo de hoy entre el Real Madrid y la Juventus (ver aparte).

El técnico del Bayern, Josep Guardiola, logró que su equipo rompiera una racha de cuatro partidos seguidos perdiendo, pero volvió a fracasar por segundo año seguido en la Champions League, donde en 2014 también cayó ante un equipo español en semifinales, el Real Madrid.

El Barcelona dirigido por Luis Enrique es finalista en la Copa del Rey, está a un triunfo del título en la Liga española (lo conseguirá el domingo si bate al Atlético Madrid) y selló el pase a la octava final de la Copa de Europa en la historia del club. El sueño del triplete está intacto.

Al contrario que Guardiola, al que le faltan estrellas como Franck Ribery y Arjen Robben, el técnico azulgrana no tiene lesionados y disfruta de la mejor versión del tridente ofensivo formado por Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez, tres de los mejores delanteros del mundo y que difícilmente terminen un partido sin marcar.

El argentino habilitó con un pase milimétrico al uruguayo, que a su vez asistió al brasileño para que sólo empujara el balón a gol. Era el 1-1 después de la apertura del marcador por parte de Benatia. “Es difícil para los rivales parar a jugadores de tanto nivel”, sentenció el técnico del conjunto catalán. “El hecho de marcar un gol rápidamente y generar ocasiones de gol nos hizo ganar confianza”, reconoció.

Luego Messi prolongó con la cabeza una pelota lanzado desde la defensa, Benatia erró en la marca sobre Suárez y el uruguayo volvió a asistir a Neymar, que definió con sangre fría. En el complemento, con el Barcelona relajado, Lewandowski empató y Muller puso el 3-2: faltaban 15 minutos y el Bayern Munich precisaba tres goles más.

“En principio, el objetivo que nos marcábamos está cumplido, estar entre los dos mejores equipos de Europa. Ahora sólo queda ganar la final”, se esperanzó Luis Enrique. “El partido se ha controlado en esa primera parte, en la segunda acumulamos varios errores, pero son fruto del resultado y del cansancio.”

“La primera parte jugamos al nivel que requería y por eso nos fuimos ganando. Inconscientemente nos relajamos por la diferencia”, aceptó Javier Mascherano. En ese momento el equipo alemán necesitaba marcar cinco goles para remontar el resultado. “Seguramente no nos volverá a pasar porque no hay motivos para la relajación, ya que nos jugamos finales”, añadió.

Mascherano destacó que el equipo azulgrana alcance la final del máximo torneo europeo por cuarta ocasión en la última década: “Algunos compañeros han estado en todas y otros tenemos el orgullo de llegar con este equipo”, dijo el argentino, que ya había jugado la de 2011; Messi estuvo en todas.

En el Bayern hubo resignación: “Todos habíamos creído en el milagro, pero lamentablemente no salió. El primer gol del Barcelona llegó demasiado rápido”, afirmó el capitán del Bayern Munich, Philipp Lahm. “El equipo lo hizo muy bien. Luchó muy duro. Marcamos tres goles, lástima que recibimos dos”, se lamentó el presidente del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge. “Si uno ve los 180 minutos, el Barcelona pasó merecidamente. Es el mejor equipo del mundo.”