Martes, 8 de septiembre de 2015 | Hoy
DEPORTES › EN 1998 ADQUIRIó EL HUMILDE CLUB ESPAñOL QUE MANEJó DURANTE DOS AñOS
El conductor de televisión es uno de los principales candidatos a ocupar el sillón de la AFA, que disputa con su actual presidente, Luis Segura. En Extremadura aún lo recuerdan, aunque no precisamente por sus logros deportivos y comerciales.
Por Gustavo Veiga
Pasaron 17 años, es cierto, pero el espíritu deportivo-comercial de Marcelo Tinelli es contradictorio. El empresario televisivo que criticó al multimillonario Donald Trump por un intento luego desmentido de comprar a San Lorenzo –lo publicó The New York Post– festejaba en 1998 la adquisición del humilde club Badajoz de España. Una pequeña, pero más que centenaria institución del Ascenso (el pasado 15 de agosto cumplió 110 años) que sobrevivió a la aventura del conductor de Showmatch. No hace falta investigar demasiado para recordar aquel episodio. Se puede ver el anuncio del conductor de TV en YouTube.
El mismo personaje que le respondió al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos “Pobre Donald. Me quedo con el Pato que es más serio”, quiere presidir la AFA, pero nadie le pregunta sobre aquella historia extremeña que terminó mal.
Según la página web del club ubicado en una de las regiones más pobres de España, Tinelli figuró como su propietario entre 1998 y 2000. La empresa que manejaba el emprendimiento se llama Esfinge 20. Es la misma que le vendió después al abogado Javier Tebas Medrano, su socio mientras duró la aventura en Badajoz y representante de un grupo portugués que la adquirió. Se trata del actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional Española (LFP), un abogado de ideas fascistas que militó en Fuerza Nueva, cuyo referente era el franquista Blas Piñar (ver aparte).
En un programa del 98, Tinelli hizo el anuncio de su emprendimiento: “VideoMatch va a tener un club de fútbol en España”, le dijo a su panel de colaboradores. “El nuevo club que va a tener VideoMatch está en Segunda y se llama Badajoz”, agregó. Una voz en off le preguntó: “¿Y vas a poner la tarasca?”. “No sé si vamos a poner la tarasca o no vamos a poner la tarasca, pero el equipo de fútbol se va a llamar Badajoz-Videomatch”, bromeó.
Al conductor de TV se le atribuyó en esa operación la compra del 57 por ciento de las acciones de la SAD (Sociedad Anónima Deportiva), como se las conoce en España. La mayoría de los clubes pertenecen a empresas. En el momento que se hizo cargo el presidente del Badajoz era José Macías Lizaso, el consejero delegado un periodista argentino, Fernando Novo y el asesor jurídico Tebas, que sucedió a Tinelli. Con el grupo llegó un entrenador argentino, José “Toti” Iglesias y varios jugadores desde Buenos Aires. En las dos temporadas que Showmatch transmitió desde Extremadura los resúmenes cómico-deportivos sobre la campaña del equipo, se pusieron la camiseta blanquinegra Alejandro Mancuso, David Bisconti, Martín Romagnoli, Oscar Limia, Fernando D’Amico, Patricio D’Amico, Mauricio López, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo y Adrián Giampetri, entre otros. Los pudo contratar gracias a representantes como Hugo Issa, Juan Simón y Eduardo Gamarnik. En el primer campeonato de Segunda División que el conductor participó, su club quedó decimocuarto en la tabla. En el segundo año bajó al decimosexto puesto.
Un grupo de futbolistas de Boca como Héctor Bracamonte, Adrián Guillermo, Pedro González, Lucas Gatti y Fernando Ortiz, también se sumó por un acuerdo con Mauricio Macri, de quien siempre se sospechó su participación económica en la operación de compra del club. Hasta el profesor Fabián Bazán, un preparador físico que se desempeñaba en el fútbol amateur boquense fue enviado a Badajoz para trabajar con el plantel profesional.
Tinelli declaró en aquel momento en el diario El País: “En Argentina, después de las de Boca y River, las casacas del Badajoz son las más vendidas”. Un alarde comercial incomprobable que no se compadeció con lo que sucedería en la ciudad fundada en el siglo IX durante la dominación musulmana de España. El empresario se retiró en enero de 2000, le vendió su participación a Tebas –así lo consigna la página oficial del club– y abandonó la SAD sin conseguir el objetivo: ascender el equipo a Primera División para cotizar mejor los pases de sus jugadores y sacar la debida tajada, cobrar ventajosos derechos de TV y atraer más sponsors.
Poco más de cinco años después, Badajoz estuvo a punto de desaparecer. Descendió a la Tercera División porque no podía saldar su pasivo. El diario ABC consignaba en aquel momento que el Ayuntamiento se había “cansado de subvencionar económicamente a la sociedad anónima deportiva” y que las gestiones de los dos anteriores presidentes del club “el argentino Marcelo Tinelli y el portugués Antonio Barradas, no han sido precisamente ejemplares pues se acabaron las subvenciones”. El mismo medio sostenía que la deuda del club ascendía a los 3 millones de euros. En 2012 ingresó en proceso de liquidación. Una junta de acreedores le votó en contra a sus propuestas de pagar las deudas. La Agencia Tributaria y la Tesorería General de la Seguridad Social le bajaron el pulgar. Parecía el fin.
Hoy el Club Deportivo Badajoz juega en una categoría regional contra equipos como el Calamonte, Cerro de Reyes, San Serván y Pueblo de la Calzada, entre otros. Ni siquiera contra rivales con tradición en Primera, como el Oviedo o Valladolid, a los que enfrentó en 1998 durante el breve paso de Tinelli por el club de Extremadura. En el estadio El Nuevo Vivero donde juega de local, los informes televisivos de Video-Match son hoy la mueca de un mal recuerdo.
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