Argentina y Brasil jugarán esta noche desde las 21 en el Monumental por la tercera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. Más allá de reeditar este clásico del fútbol mundial, ambos equipos saldrán a mejorar su pobre comienzo en el certamen clasificatorio para el Mundial de Rusia 2018.

La Selección llega a este partido con un sinnúmero de cuestionamientos, la mayoría centrados en su técnico, Gerardo Martino. Después de lo visto en la Copa América de mitad de año en Chile –salvo la actuación en la final– crecieron las ilusiones y la mayoría esperó unas eliminatorias, si no sencillas, al menos con un equipo que a partir del buen juego fuera dando cuenta de los diferentes adversarios. Sobre todo por contar con Lionel Messi, unánimemente considerado el mejor del mundo, y con al menos otros dos más de un nivel superlativo.

En el debut con Ecuador todas esas expectativas se fueron a pique. Ausente Lio por una lesión ligamentaria en la rodilla (“Para nuestros rivales es un alivio cuando deben enfrentar a una selección que no puede contar con algunos jugadores”, afirmó ayer Martino), el resto del equipo tuvo una noche para el olvido, cuya consecuencia fue la inesperada derrota. Para colmo de males, a los 15 minutos de la primera etapa la Selección se quedó sin su ancho de bastos, porque Sergio Agüero se retiró lesionado.

No le fue mejor a la Argentina cinco días después, ante Paraguay, en Asunción. Claro que frente al conjunto de Ramón Díaz, la Selección rescató un punto, aunque lo logró sobre la base de la garra, mostrando una increíble anemia creativa y goleadora. Obviamente, tan bajo rendimiento tuvo una parte de la explicación en la falta del crack del Barcelona. “La ausencia de Lio siempre está directamente ligada al resultado del equipo. Cuando se gana ya no existe la messidependencia, cuando se pierde pasamos a depender de él. Ganando o perdiendo, la ausencia del mejor jugador del mundo no puede dejar de ser importante”, explicó Martino en la conferencia de prensa de ayer. Aunque inmediatamente dejó en claro que su apuesta es a lo colectivo. “Creo que lo que resuelve es el juego colectivo y el que se imponga tendrá más chances”, concluyó.

Con un punto sobre seis jugados y con Brasil y Colombia en el horizonte, Martino y sus muchachos vivieron ajetreados la distancia entre aquellos partidos y el de hoy con los dirigidos por Dunga. Inclusive se puso en duda la continuidad del técnico rosarino.

A las bajas de Messi y Agüero se sumaron para hoy las de Tevez, Zabaleta y Garay, por eso las expectativas son de optimismo moderado. Y no pasa por la actualidad de Brasil, muy desteñida respecto de la historia de los pentacampeones del mundo. Simplemente que así como Martino pierde figuras, Dunga recupera a Neymar, el jugador distinto, el que puede desequilibrar, tal vez el único en condiciones de marcar la diferencia.

Esta noche será la hora de la verdad. Martino prometió insistir en su planteo ofensivo. “Un partido donde se sabe atacar nos va a permitir tener menos problemas defensivos”, explicó su estrategia. Otra vez su “idea” se pondrá a prueba.