“Esto lo soñamos desde chicos viendo esas finales intercontinentales cada fin de año. Es lo más lindo y lo más esperado luego de un camino en subida: primero el torneo local, la Copa Suda- mericana y la Libertadores. Esta es la cima de la montaña.” De esta forma graficó Marcelo Barovero las sensaciones que atraviesa el plantel de River en las horas previas al debut en el Mundial de Clubes, mañana, a las 7.30, ante Sanfrecce Hiroshima en el estadio Nagai de Osaka. El árbitro será el sueco Jonas Eriksson y el duelo será televisado por la TV Pública y Fox Sports.

“Es un equipo muy ordenado. Tiene una idea y la respeta durante todo el partido. Será muy parecido a Gamba Osaka”, opinó el arquero, al recordar el rival de la Suruga Bank que River conquistó en agosto. Aunque en esa oportunidad el conjunto japonés presentó un equipo suplente porque la prioridad la constituía el certamen local. Por último, el futbolista que se perfila para portar la capitanía del equipo admitió que “en lo personal es la competencia más importante que voy a encarar”.

En el entrenamiento realizado en el complejo de canchas en Osaka, Marcelo Gallardo, el entrenador del equipo, no plantó a los titulares. Sin embargo, todos los caminos conducen a la titularidad de Leo Pisculichi. El ex jugador de Argentinos, a pesar de la inactividad que acarrea, le saca una ventaja a Luis González para jugar ante el campeón japonés, que viene de ganarle al Auckland City y el Mazembe y sin recibir goles.

Por su parte, Gabriel Mercado, otro jugador que participó de la rueda de prensa luego de la práctica, resaltó la pasión y el “esfuerzo” de los miles de hinchas para acompañar al equipo a Japón. “Agradecemos el esfuerzo de la gente por venir a apoyarnos. Vamos a presentarnos el miércoles y dar lo mejor para poder llegar a la final”, sostuvo el chubutense, quien dijo sentirse orgulloso por “saber que hay gente que está vendiendo hasta lo que no tiene para poder venir”.

En relación con el tema del respaldo masivo, Rodolfo D’Onofrio, presidente de la institución, se ilusionó con que “vendrán no menos de 15 mil personas. Hay gente de todos lados. Los jugadores lo sienten mucho”, mencionó. El record hasta el momento lo ostenta San Lorenzo, que llevó unos 14 mil simpatizantes a Marrakech, Marruecos, para la gran final ante Real Madrid.

A su vez, el zaguero colombiano Alvarez Balanta, que también estará desde el inicio, señaló lo “importante de estar lo más atento posible” ante el Sanfrecce. “Tenemos un partido por delante y debemos estar totalmente concentrados si queremos sobrepasarlos. Lo que venga después vendrá por añadidura”, agregó el defensor sobre un eventual pase a una final.

Tanta pasión desmedida, tanta concentración a la que aluden los jugadores para no sufrir un traspié como el que vivió el América de México ante el Guangzhou Evergrande, de China, en cuartos de final, tantos sueños de gloria, responden inevitablemente a lo difícil que resultó para el elenco argentino llegar a participar de un torneo de estas características.

Hace casi tres décadas, en 1986, el conjunto conducido por Héctor Veira le ganaba por la mínima diferencia al Steaua Bucarest de Rumania con gol del uruguayo Antonio Alzamendi. Diez años después, el resultado fue el mismo, pero con derrota para el equipo que dirigía Ramón Díaz. Por lo que el plantel que lidera Marcelo Gallardo, que dio sobradas muestras de carácter, quiere seguir haciendo historia y volver a la cima del mundo.