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Con la ilusión de lograr el trofeo más preciado por los hinchas de un equipo argentino, la delegación de Boca viajó ayer por la tarde rumbo a Japón, donde el próximo domingo se enfrentará al poderoso Milan en procura de conseguir la Copa Intercontinental por tercera vez en su historia. Antes de subir al avión pintado con los colores del club, los jugadores recibieron el cariño de muchos simpatizantes que, aprovechando el feriado, se acercaron a Ezeiza con banderas, camisetas y gorritas a despedir a sus ídolos. Incluso, hasta hubo tiempo para el negocio, ya que en el mismísimo hall de entrada se armó un puesto con artículos de Boca.
Un rato antes, el plantel realizó una práctica de fútbol en la Bombonera, de la que no participó Carlos Tevez, todavía afectado por una fatiga muscular. Sin su delantero estrella, Carlos Bianchi optó por colocar a Guillermo Barros Schelotto y al brasileño Iarley en el ataque, aunque la duda por los dos delanteros titulares persistirá hasta el momento del partido. En cambio, Matías Donnet parece haberle ganado la pulseada a Javier Villarreal para ocupar el lugar vacante en el mediocampo, ya que ocupó ese lugar en tres ensayos. En la práctica de ayer, los supuestos titulares vencieron a la reserva 2-1. Luego de eso, los veinte futbolistas se pusieron los trajes diseñados por Ante Garmaz y se subieron al avión. Si todo va como se planeó, mañana al mediodía estarán pisando suelo japonés.