EL PAíS › PUJA ENTRE DUHALDISTAS Y KIRCHNERISTAS EN DIPUTADOS
Comisiones de la discordia
La principal pelea es por la titularidad de las comisiones. La tensión por la designación de Carlos Ruckauf. Otros casos.
Por Felipe Yapur
La por ahora buena relación entre sus jefes los mantiene cerca y conviviendo de forma civilizada. De todas formas, esto no acalló la sorda disputa que por estos días se desarrolla por la distribución de las comisiones de Diputados entre kirchneristas y duhaldistas. La diferencia por ahora favorece a los bonaerenses, que son un grupo más homogéneo que los patagónicos por tener mucho más aceitado el sistema de reparto. De todas formas, el kirchnerismo está decidido a luchar y uno de sus objetivos –entre otros– es desplazar al polémico Carlos Ruckauf de la estratégica Comisión de Relaciones Exteriores. La resolución de este conflicto dará cuenta de cómo será la cohabitación de estos sectores.
Si bien el presidente Néstor Kirchner les dijo a los legisladores que le responden ciegamente que “los 131 diputados son mis diputados”, en nada acalló la pelea por la conducción de la Cámara baja. El kirchnerismo decidió –por orden de su jefe– respetar la decisión del duhaldismo de que dos de sus hombres conduzcan Diputados y el bloque, Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari, respectivamente. “El resto está todo para conversar”, indicó a este diario el rionegrino y paladar negro del kirchnerismo Osvaldo Nemirovsci.
La frase del legislador patagónico rompe, en teoría, el armado que el duhaldismo tenía realizado hace por lo menos dos meses donde la retornada Graciela Camaño cumplió un rol importante. La esposa del archirrival de Kirchner, el ex senador Luis Barrionuevo, fue la encargada de anotar en su cuadernito los nombres de los postulantes a conducir las comisiones parlamentarias. Allí apareció el de Ruckauf, para RR.EE., y el de Alfredo Atanasof para la bicameral del Mercosur. Ambos legisladores no atraviesan el tamiz kirchnerista de quienes recuerdan su pasado como ministros de Duhalde y, sobre todo, la presión que ejercieron a favor de reprimir a las organizaciones piqueteras en los días previos al asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
El kirchnerismo está decidido a pelear por Relaciones Exteriores. Para ese puesto tienen dos hombres de confianza del Presidente, los casi ex vicegobernadores Daniel Gallo (Tierra del Fuego) y Rubén Daza (Jujuy). De todas formas, Nemirovsci intenta desdramatizar el hecho: “No es que tengamos algo en contra de Ruckauf, sino que esa comisión debe ser conducida por alguien que tenga una estrecha relación con el Ejecutivo y, fundamentalmente, con el proyecto de gobierno”.
El argumento de que es preciso contribuir a este nuevo proyecto de país es el que con más frecuencia utilizan los kirchneristas para justificar los vetos a los aspirantes duhaldistas. Ahora bien, si los diputados del Presidente pusieran en práctica con firmeza este argumento, poca vida le quedaría a la convivencia madura que todavía mantienen con sus socios del duhaldismo. Tal vez por ello es que a la hora de proponer nombres –“no nos gusta imponer”, repiten los representantes patagónicos– sostienen que lo que quieren es “debatir los mejores perfiles para la conducción de cada una de las comisiones”.
En ese marco, dicen que les gustaría presidir las comisiones de Relaciones Exteriores, Pesca, Turismo, Educación y Energía. Aclaran también que si bien no les interesa presidirlas, quieren participar en Finanzas, Presupuesto, Defensa y Legislación Penal, entre otras. Nemirovsci asegura que “las comisiones son auxiliares de la Cámara y no potestad del legislador. Deben estar en función del proyecto de país”. La frase tiene un tono épico, militante. Pero también encierra una verdad y es la imposibilidad momentánea de equilibrar sus fuerzas con las del duhaldismo.
Sucede que a pesar de que los kirchneristas lograron juntar unos 48 legisladores, su debilidad está justamente allí, en la heterogeneidad. Ahí conviven 23 paladares negros con los seis del grupo Talcahuano, seis considerados independientes que provienen de Santa Fe y Córdoba, tres deFormosa y 10 de los denominados “sin techo”. Una muestra de este crisol tal vez sea la aspiración de los kirchneristas puros de hacerse de la vicepresidencia primera del bloque. Hoy este lugar está ocupado por el talcahuano Julio Gutiérrez. “No queremos sacar a Julio, queremos que siga. Lo que pretendemos es lugar para uno propio”, indicó uno de los referentes de este grupo.
Así, este abanico –donde los intereses no suelen ser similares y mucho menos las formas de hacer política– les impide superar en peso específico a los 38 socios del duhaldismo.
Los bonaerenses se saben fuertes y homogéneos. No dudarán en hacer sentir ese peso. Y esto se nota en la decisión –explicitada off the record– de mantener los compromisos asumidos con el menemismo. Tan es así, que los poquísimos representantes que le quedan al riojano controlarán las nada despreciables comisiones de Peticiones, Poderes y Reglamento (Alejandra Oviedo), Salud (Oscar González) e Industria, que está reservada para Adrián Menem. Es más, si se considera a los salteños como filomenemistas, los romeristas aportarán a este grupo las comisiones de Asuntos Constitucionales (Juan Urtubey) y de Transporte (Beatriz Daher), más un lugar en el Consejo de la Magistratura con Lelia Chaya.