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Argentina, Brasil y Uruguay sufrieron en carne propia el poder de la Naranja Mecánica liderada por Johan Cruyff en el Mundial 1974: con su “fútbol total”, Holanda abrumó a los campeones del mundo de Sudamérica.

El primero en sufrir a Cruyff, que murió el jueves de cáncer a los 68 años, y compañía fue Uruguay, que el sábado 15 de junio de 1974 cayó 2-0 en Hanover por un doblete de Johnny Rep en un partido de la fase de grupos. “No sabíamos nada de ellos”, recordó tiempo después Juan Masnik, zaguero y capitán uruguayo. “Antes de salir al campo lo miré feo a Cruyff, y ya sospeché que eran buenos por la confianza que demostraban. Y al empezar el partido nos desconcertaron. Metían pressing, jugaban sin puestos fijos y no aflojaban con nada.”

A los 7 minutos llegó el primer gol de Rep y luego un dominio abrumador naranja. Masnik, ya fallecido, recordó una anécdota del juego de los holandeses, que no se amedrentaron ante la recia marca uruguaya. “Rep me barrió y yo salté para evitar la falta y cuando caigo le doy terrible pisotón en la tibia, de pura rabia e impotencia. Pero siguieron jugando igual”, contó.

Luis Garisto, marcador lateral de los charrúas, conocía a algunos jugadores por haberse enfrentado al Ajax con Independiente en la Copa Intercontinental. “Me llamó la atención que soportaran nuestro juego fuerte, es que eran compactos, potentes, y además retrucaban con cada patada bárbara que se hacían respetar”, remarcó Garisto.

Sobre el final, Rep estiró el marcador, que terminó siendo benévolo con los uruguayos por la diferencia exhibida en el campo.

Ya en la segunda ronda, la siguiente víctima fue Argentina, que en Gelsenkirchen sufrió ante Holanda una de las derrotas más humillantes de su historia, con un 4-0 que pudo ser aún más abultado. Un doblete de Cruyff y goles de Ruud Krol y Rep sentenciaron la goleada. “Holanda nos golpeó durante todo el partido. Es como si fuese un boxeador que castiga a otro, lo noquea y lo vuelve a golpear cuando apenas se incorporó. No nos dejaron levantarnos nunca”, recordó el capitán de aquella Argentina, Roberto Perfumo, recientemente fallecido, sobre el desarrollo del partido.

“Jamás sentí tanta impotencia dentro de una cancha”, aseguró Enrique Wolff, ex lateral del Real Madrid. “Nos pasaron por arriba. Ahora lo veo y no me pareció tan grande la diferencia. Pero aquel día me agarré una bronca bárbara”, admitió el hoy comentarista televisivo sobre aquella brillante actuación de Cruyff y compañía bajo una lluvia torrencial.

Con una anécdota con el arquero Daniel Carnevali, Perfumo sintetizó el sentimiento de aquel partido. “En un momento dado, hay un saque de arco y veo que Daniel va caminando, cuando ya íbamos perdiendo. Entonces, le digo ‘dale, Daniel, sacá’. Y él me responde ‘pará, ¿qué querés?, si perdemos la pelota muy rápido’. Esa fue una síntesis del partido”, reconoció el Mariscal, que murió hace dos semanas y aquella noche participó del sorteo junto a Cruyff, ya que eran los capitanes de sus equipos.

Una semana después, el turno fue para Brasil, en un duelo directo por la clasificación para la final. Los defensores del título ya no tenían el brillo de Pelé ni tampoco contaban con otros héroes de México 70 como Tostao, Gerson y Carlos Alberto. Sin embargo, estaban a una victoria de otra final, aunque para ello era necesario ganarle en Dortmund a la Naranja Mecánica. Y lo cierto es que la victoria estuvo muy lejos de concretarse, porque los holandeses dominaron de principio a fin y se impusieron 20 con tantos de Johan Neskeens y Cruyff. “Hoy hemos perdido contra el mejor equipo del Mundial”, señaló el entonces seleccionador brasileño, Mario Zagallo, después de la derrota y la frustración de no llegar a una nueva final.

En menos de un mes y en un mismo torneo, la Holanda de Cruyff humilló a los tres gigantes sudamericanos en su camino a la final. Perdería ante Alemania en el partido definitivo, pero su fútbol pasaría a la historia.