En un partido que la mostró en un flojísimo nivel, Argentina dio vuelta un encuentro que perdía y alcanzó un empate 2-2 ante Venezuela, en Mérida, cediendo la punta de las Eliminatorias Sudamericanas.

Para suplir las ausencias de Messi y Dybala, Bauza eligió a Banega y a Lamela, disfrazando con la necesidad de tener la pelota un esquema cauteloso. Así buscaba controlar el ritmo intenso que propondría Venezuela, según hacían entrever las declaraciones de su entrenador, Rafael Dudamel, que en la previa afirmó que “contra Argentina lo futbolístico no alcanza, hay que correr y luchar”. Esa diferencia de jerarquía reconocida en los dichos del entrenador local apenas se notó en el arranque del partido. Porque al intento de Argentina de posicionarse en campo contrario, la Vinotinto opuso entusiasmo y concentración. Tan sólo con ello logró que los de Bauza se repitieran en los pelotazos como recurso ofensivo, olvidándose del toque corto y los avances agrupados. Con esta olvidada receta, la Selección produjo la primera situación clara ante Hernández. Sobre los 15 minutos, después de sucesivos pases, Banega le pegó desde afuera del área, y la pelota se fue muy cerca del palo derecho. En el avance siguiente, Pratto buscó a Di María, que fue hasta el fondo y envió un centro, despejado por Vizcarrondo, y más tarde el 9 argentino hizo una extraña pirueta en el aire, pero no pudo conectar el envío aéreo de Rojo.

Al promediar el primer tiempo, Argentina controlaba la pelota e imponía un ritmo demasiado lento, lo que permitía que siempre un venezolano llegara en el momento del último pase. Para colmo, Di María se empecinaba en la jugada personal. A los 32 minutos, el del Paris St Germain cambió de fórmula y mandó el centro. Se elevó Pratto y conectó, pero encontro a Hernández parado en ese palo. Después vino el golpe de escena. Rondón desbordó por la derecha, pero Funes Mori pudo despejar a medias. La pelota derivó hacia el ángulo izquierdo del área grande. La capturó Añor, hizo un par de amagues y sacó el zurdazo, que se metió arriba, a la derecha, superando a Romero. 1-0. El gol cambió el partido. Venezuela creció y Argentina se desdibujó, tanto que los defensores tuvieron que trabajar a destajo para evitar que la Vinotinto estirara diferencias.

En el complemento, el panorama se tornó más sombrío para el equipo de Bauza. Argentina intentó adelantarse y en el segundo contragolpe, el local le dio un duro golpe. Rondón entró al área con la pelota en sus pies ante la pasividad de los centrales, amagó, hizo la pausa y la tocó atrás para Martínez, que marcó el 2-0 solo ante Romero. Iban 53 minutos.

Con todo perdido, los de Bauza cambiaron su actitud. Adelantaron líneas, aumentaron la intensidad y el ritmo y pronto encontraron el descuento. Lo señaló Pratto, tras guapear un pase en cortada de Lamela.

A tiro de la igualdad, la Selección tomó riesgos. Bauza mandó a la cancha a Correa por Lamela y unos minutos después puso a Alario. Cuando entró el de River se fue Biglia y Argentina quedó más expuesto a los aislados contraataques. La apuesta del Patón dio sus frutos, no en el juego, sí en el resultado. Porque Otamendi puso el 2-2 con su derecha, anticipándose al despeje venezolano tras un corner enviado por Di María. La historia hablará de un punto rescatado cuando todo pintaba para derrota, pero también dirá que la Selección dio un paso atrás en su juego y que extrañó demasiado a Messi.

Estadio: Metropolitano de Mérida.

Arbitro: Roddy Zambrano (Ecuador).

Goles: 34m Añor (V); 53m Martínez (V); 58m Pratto (A); 83m Otamendi (A).

Cambios: 66m Correa por Lamela (A); 70m V. García por A. González (V), Alario por Biglia (A); 78m Kouffati por Martínez (V); 80m Del Valle por Kouffati (V); 82m Gaitán por Rojo (A).