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“Fútbol espectáculo es Boca, que tiene orden, es compacto y gana”
Luis Garisto, técnico de Chacarita, es un personaje poco común en el mediático ambiente de hoy. No le escapa a hablar de derechos humanos, no grita para las cámaras, asegura que no hay que dramatizar los malos resultados y se considera un privilegiado por haber sido futbolista.
Su equipo está último en la tabla de posiciones del Clausura, pelea por no descender, y tras siete fechas todavía no ganó en el torneo. Sin embargo, él no pierde la calma, pues está convencido de que “en los momentos más difíciles, un entrenador debe transmitir tranquilidad a sus dirigidos”.
En una charla con Página/12, el uruguayo Luis Garisto, director técnico de Chacarita, afirmó, horas antes del encuentro ante Lanús, donde su equipo intentará revertir la mala racha que padece, que “el fútbol hay que vivirlo sin dramas ni locuras”. Considera además que Boca es el equipo que más se acerca a la noción de “espectáculo”, tan discutida por estos últimos días. En cuanto a la actualidad futbolística de su tierra natal, acusó al empresario Paco Casal de manejar la Asociación Uruguaya de Fútbol y de generar la crisis actual que atraviesa la selección celeste. “Ese señor prohíbe a los técnicos y jugadores que no se subordinan a sus intereses”, acusó Garisto. Pero no sólo habló de fútbol, también se refirió a las violaciones a los derechos humanos que perpetraron las dictaduras que gobernaron en ambas márgenes del Río de la Plata durante los años ‘70 y manifestó que “la Justicia es la mejor forma de reconciliación que puede existir”.
–Durante los partidos, usted permanece casi imperturbable: no grita, no gesticula, no festeja los goles de su equipo, ni tampoco remarca los errores de sus jugadores. ¿Cómo hace para controlarse?
–Soy así. Trabajo durante la semana en los entrenamientos, después, en los partidos, resuelven los jugadores. Si grito o hago gestos todo el tiempo termino por sacar al jugador del partido, lo desconcentro. Además, si hay que corregir algo, lo hago en el entretiempo. Dejo que descansen diez minutos y hablo en los últimos cinco. Si con eso no puedo revertir una situación de juego, es porque el partido no se puede ganar. Ese no es nuestro día.
–En la última fecha ante Racing, Chacarita perdió 2-1 en el último minuto. ¿Sucedió en ese partido algo de eso que usted describe?
–No tuvimos la suerte que a veces se necesita para poder sacar un resultado favorable. Fue un partido muy accidentado, con muchos expulsados. El equipo levantó en el segundo tiempo, pero sobre el final no pudimos sostener el empate.
–¿Cómo hace para abstraerse de la calculadora y no vivir pendiente de los puntos que necesita para salvarse del descenso?
–No sé... El sistema de promedios es una locura. A nadie le gusta y, sin embargo, se sigue aplicando. Yo no sumo ni resto más. La calculadora la tiré hace rato. Sé que si el equipo gana, se salva. Y si pierde muchos puntos, se va al descenso. No me caliento más.
–Actualmente se habla de fútbol espectáculo...
–(Interrumpe y levanta la voz). ¿Pero eso qué es? Espectáculo es ir a la cancha. Si se paga una entrada. A veces uno puede salir disconforme con lo que ve. Pero eso también sucede cuando uno va al cine o al teatro.
–¿Cuál es el equipo que mejor juega al fútbol en Argentina?
–Boca. Tiene orden, es compacto, gana. Eso es espectáculo.
–¿Le gusta el campeonato local?
–Claro que me gusta. Acá está el mejor fútbol de América. Existe un nivel muy competitivo porque cualquiera le puede ganar a cualquiera. Eso otorga mucho prestigio a los entrenadores extranjeros que podemos dirigir acá. Por eso me gusta trabajar en este país.
–Usted tuvo varias oportunidades de dirigir la Selección Uruguaya, ¿por qué nunca lo hizo?
–Porque en el fútbol uruguayo todo está subordinado a los intereses de Paco Casal. Quien no acuerda con ese señor, no puede trabajar. Como yo no comulgo con sus ideas y sus actitudes, nunca podré dirigir la selección. La Asociación Uruguaya de Fútbol está en sus manos. Fíjese lo que pasó en el último Mundial con Forlán, que entró en los últimos 45 minutos contra Senegal cuando Uruguay perdía 3-0. Si no jugó antes fue porque no era representado de Casal. Mientras en Uruguay persista un estado de cosas como el actual, el fútbol nunca volverá a tener el nivel de años anteriores. Es lamentable, pero es así. No importa quién dirija, hay que revertir un estado de cosas que va más allá del fútbol y de perder o no con Venezuela.
–¿Pero la falta de resultados del fútbol uruguayo en los últimos años es sólo culpa de Casal?
–Falta que aparezca una buena generación de jugadores. Algunos de ellos ya están actuando en la Selección. Pero si todo gira en función de los intereses de un representante...
–¿Qué opina de la continuidad de Bielsa tras la decepción del Mundial?
–Estuvo bien. Fue una medida coherente. El equipo realizó una Eliminatoria muy buena. Sucedió que se creó una expectativa muy grande y el equipo después no respondió. Pero no se pueden tirar cuatro años de trabajo a la basura porque un jugador sueco ejecuta muy bien un tiro libre.
–¿Cuál es su relación con el presidente de Chacarita, Luis Barrionuevo?
–Buena. Hasta ahora me cumplieron en todo y no tengo nada malo que decir de él. No puedo quejarme. Conmigo se portó muy bien.
–Algunos dicen que Chacarita es club molesto para la Primera División y que en la AFA se habría decidido su descenso. ¿Qué cree al respecto?
–Que los puntos se ganan y se pierden en la cancha. Si existiera una decisión en tal sentido no estaría acá trabajando como entrenador. Ya me hubiera ido. No creo que existan esas cosas.
–Se acaban de cumplir 28 años del último golpe de Estado que sufrió la Argentina. ¿Cómo vivió usted la dictadura que tuvo lugar en su país?
–Fue terrible por el miedo que ocasionó. Nunca tuve militancia pero sí muchos amigos perseguidos. Gente que la pasó muy mal. La diferencia que tuvimos nosotros con respecto a ustedes fue que siempre existió una fachada civil, incluso mucho antes de que Bordaberry diera el autogolpe. Se votaba, sesionaba el Congreso, pero al mismo tiempo había una represión terrible. Fue muy duro. Ojalá que nunca más nuestros países pasen por algo semejante.
–En Uruguay, un plebiscito en 1988 impidió que la Justicia castigue a los culpables de violaciones a los derechos humanos. ¿Qué opina usted?
–Que si hubo un crimen debe actuar la Justicia. Es el camino que se sigue acá, en la Argentina, que fue uno de los pocos países del mundo que se animó a juzgar a sus militares. Eso es un ejemplo para los demás pueblos de América latina.
–Volviendo al fútbol ¿cree que el jugador profesional es un privilegiado?
–Si es inteligente y sabe aprovechar las oportunidades que tiene, y si además trabaja con responsabilidad, la puede pasar muy bien y asegurarse el futuro. Pero todo depende de la seriedad con la que se encare esta profesión. En mi caso personal, fui muy feliz jugando al fútbol y me gusta trabajar como entrenador. Y eso, para los tiempos que corren, es todo un privilegio.
Entrevista: Leonardo Castillo