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Banfield no se achica. Independiente y River ya lo habían padecido, y ayer fue el turno de Racing, que perdió sin atenuantes por 3-1. Con velocidad, orden y precisión, el equipo del sur sumó su tercera victoria ante equipos grandes en el Torneo Clausura. El conjunto dirigido por Fillol, que debió presentar a varios jugadores juveniles en su formación titular, no logró exhibir una imagen digna de un equipo que pretende ser protagonista y pudo, incluso, caer por un marcador más abultado.
Desde el comienzo del partido, Banfield se adueñó del control de la pelota y, con mucho orden táctico, bloqueó el circuito futbolístico de Racing. Con la presión de sus volantes y la permanente movilidad de Bilos, Bustos Montoya y Palacio, el equipo local arrinconó al elenco de Avellaneda contra su propio campo. Sólo el chileno Mirosevic, con algún remate de media distancia, o Mariano González, mediante un arresto solitario, intentaron generar algún peligro en el arco defendido por Noce. En cambio, Banfield, con el desborde permanente de sus delanteros, construyó varias chances de gol. Sólo en el primer tiempo, Bustos Montoya tuvo cuatro situaciones concretas para marcar y Bilos casi lo consigue en otras dos. Los centros llovían sin cesar sobre el área visitante y cada envío aéreo se convertía en una clara posibilidad de gol para los dirigidos de Falcioni. Sin embargo, el asedio de Banfield no pudo materializarse en la red durante la primera mitad. Así, el empate pareció un injusto castigo para el elenco del sur, que debió retirarse en ventaja tras los cuarenta y cinco minutos iniciales.
El premio a tanta insistencia llegaría recién en el segundo tiempo, aunque antes Banfield debió sufrir un poco más. Es que Racing insinuó una recuperación en el reinicio. Se ordenó y trató de sacar ventaja con las jugadas de pelota parada y lo consiguió: Mariano González, a los cuatro minutos, recibió en el área rival un centro de Rimoldi y, tras realizar un buena maniobra individual, puso en ventaja a su equipo en la primera llegada concreta que generó en el partido. Pero Banfield no se desesperó. Siguió buscando con los mismos argumentos que había mostrado en el primer tiempo y lo dio vuelta en dos minutos. Tras una serie de rebotes, Bilos estableció la igualdad y, luego, tras un taco de Bustos Montoya y otro de Pablo Fernández, Palacio puso el merecido 2-1 para su equipo y marcó su primer gol en Primera División. A partir de allí todo se simplificó. Los locales manejaron la pelota con más tranquilidad y generaron cada vez más peligro en la zona defensiva de Racing, que con mucha ansiedad se lanzó en busca de la igualdad dejando muchos espacios. Banfield tocaba, triangulaba y llegaba con claridad. Bustos Montoya concretó el tercero y amplió la ventaja. Banfield redondeó de esta manera una gran actuación para demostrar que, si se lo propone, puede pelear por cosas importantes.