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Colón tuvo su fiesta. Con una actuación que enloqueció a sus hinchas –que terminaron cantando “dale campeón– y que deleitó a su entrenador Francisco Maturana, el conjunto santafesino derrotó 2-0 a Independiente y se trepó al segundo lugar de la tabla de posiciones, al menos hasta que hoy se complete la jornada. El chileno Marcos González e Ismael Blanco anotaron los tantos del conjunto local, que de esta manera consiguió su tercera victoria consecutiva. Para Independiente quedó un sabor muy amargo, porque fue dominado con amplitud durante buena parte del encuentro y tampoco tuvo fortaleza anímica para intentar revertir la situación.
La diferencia de dos goles que mostró el marcador fue muy exigua de acuerdo con lo que exhibieron ambos equipos en el terreno. Es que mientras Colón impuso su juego de toque y generó más de una docena de chances para convertir, el visitante sólo pareció concentrado en los primeros minutos del partido. Luego fue testigo del toqueteo de su rival y esperó casi resignado el final del encuentro, con la única preocupación de no sufrir más goles en contra.
El partido tuvo equivalencias hasta que Marcos González abrió el marcador. Hasta ese momento era parejo, e incluso Independiente pudo ponerse en ventaja con una corrida de Ríos, pero el jugador que está a punto de quedar libre se equivocó en el momento de definir y disparó desviado. Sin embargo, todo cambió cuando a los 26 minutos, el chileno rompió el fuera de juego que intentó la defensa adversaria y recibió un pase llovido en el punto del penal. Luego de dominar la pelota sacó un remate potentísimo que tocó en el travesaño antes de meterse en el arco del indefenso Navarro Montoya.
A partir de allí, pero especialmente en la segunda mitad, el dominio de Colón fue abrumador. Superó a su adversario en casi todos los aspectos del juego, pero falló mucho en el momento de la definición. Por eso, recién cuando Blanco acertó para batir a Navarro Montoya, el equipo de Maturana pudo disfrutar en el marcador la distancia que había marcado en el juego. De ahí hasta el final, Colón manejó los tiempos a su antojo y se lució para dejar ilusionada a toda su hinchada.