DEPORTES › ¿ES CIERTO QUE RIVER SE CAE EN EL COMPLEMENTO?
Raro olor a segundo tiempo
A Leonardo Astrada le preocupan los bajones que el equipo sufre en los últimos 45 minutos, aunque los números no sean tan negativos, y cómo se producen cuando hay mezcla de futbolistas.
Por Adrián De Benedictis
El empate definitivo en dos tantos que el Deportivo Táchira consiguió en el final del encuentro, el último miércoles, no sólo sirvió para que los venezolanos mantuvieran el invicto en la Copa Libertadores, sino que encendió la alarma en la intimidad del plantel de River, que desperdició un triunfo que tenía asegurado. Por ello, las palabras del director técnico Leonardo Astrada fueron con un tono de bronca, más allá de que el equipo de Núñez finalizó en la cima del Grupo 6: “Estos dolores de cabeza nos pueden costar muy caro”. Seguramente, el entrenador ya estaba pensando en los inconvenientes que le puede provocar, en el futuro, un empate en condición de local, con equipos supuestamente mejor capacitados técnicamente que el equipo de Venezuela.
El malestar de Astrada tiene que ver con algunos problemas que tuvo River durante este año para mantener la diferencia durante los segundos tiempos. En la Copa Libertadores, el certamen que River pretende casi con desesperación, en sólo dos partidos no recibió goles, y los padeció en los otros cuatro. Ante Libertad recibió un gol en el segundo tiempo jugando como local, y otro en Asunción, pero en la primera etapa. Y los colombianos del Tolima le marcaron dos en Ibagué, también en los segundos 45 minutos.
Por el torneo Clausura, solamente Arsenal no pudo vulnerar al arquero Costanzo, mientras que en los otros ocho partidos River padeció goles en siete, siempre en los segundos tiempos, y sólo con Olimpo no sufrió un gol en la segunda mitad. Chicago le convirtió uno en el estadio de Vélez, Estudiantes uno en el estadio Monumental, Independiente también uno jugando como local, Banfield le hizo tres en su propia cancha, Quilmes uno en el sur y Colón uno el último domingo, en Núñez.
En ese sentido, el entrenador buscó concientizar a sus dirigidos en la fría noche del miércoles, agregando que “cuando River saca ventaja de dos goles, sufre como una relajación”. Como todo indicaba que River no tendría complicaciones para vencer a Táchira, e inclusive parecía que la ventaja sería más abultada, la sorpresiva igualdad final abrió algún interrogante para lo que vendrá en el torneo continental. Ahora River deberá enfrentar al Santos Laguna de México, que cuenta con jugadores de mayor experiencia, y otro de los que tampoco conoce la derrota en el certamen. En definitiva, frente a los venezolanos River obtuvo dos puntos sobre los seis que disputaron, y ése podría ser un síntoma.
Al mismo tiempo, otro de los ítem en los que River se encuentra en deuda, a diferencia de su histórico rival, es el rendimiento con futbolistas que habitualmente no son titulares. Cuando Astrada decidió presentar una “mezcla” entre sus máximas figuras y los otros, el equipo se vio resentido ante adversarios con menor capacidad de desequilibrio. Las derrotas ante Quilmes, Libertad, y el último empate ante el Táchira lo pueden certificar. Las definiciones más importantes están muy cerca, y River aún no puede disfrutar en el medio de la tranquilidad.