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Raúl Mendoza, el hincha de Nueva Chicago baleado en la cabeza el domingo, permanecía ayer en coma inducido, mientras los médicos del hospital porteño Santojanni que lo asisten indicaron que “su vida aún está en peligro ya que el paso del proyectil le provocó daños cerebrales notables”. Los dos oficiales de la policía detenidos en la noche del domingo fueron identificados como el sargento Andrés Kallsten y el cabo primero José Galarza y separados de la fuerza. Hoy serán indagados por el juez Roberto Muratore, a cargo del juzgado Nacional de primera instancia en lo Criminal de Instrucción, en el marco de la causa caratulada como “atentado y resistencia a la autoridad, disparo de arma y lesiones”. El jefe de la Policía Federal, Roberto Giacomino, emitió un comunicado pidiendo testigos del episodio para su esclarecimiento. El presidente de Chicago, Juan Angel Guerra, comparó este caso con el asesinato a sangre fría de los tres jóvenes que fueron abatidos por un policía retirado en una estación de servicio en Floresta, durante diciembre pasado.
Según los médicos, Mendoza sufrió “estallido de cráneo” a raíz del impacto de bala, lo que en el caso de que sobreviva le provocaría “algún tipo de parálisis”. El estado de salud del joven hincha paraguayo de “pronóstico reservado”, ya que si bien “no hay pérdida de masa cerebral”, la bala –presuntamente calibre 9 milímetros– produjo un “daño notable” a su paso. El proyectil tiene orificio de entrada y de salida, razón por la cual la intervención quirúrgica a que fue sometido anoche Mendoza no permitió extraer plomo alguno.
Mendoza está en “coma farmacológico”, es decir un coma provocado artificialmente para proteger al cerebro y adaptar al paciente al respirador, explicó el neurocirujano de guardia, Claudio Corbettra. La intervención a la que fue sometido el paciente en la víspera tuvo por objetivo la “descompresión” de la zona afectada mediante una “pared quirúrgica” destinada a mejorar la “laceración cerebral” producida por la bala.
El abogado Adrián Gómez, que trasladó a Mendoza hasta el hospital y quién denunció que los autores de los disparos habían sido policías, dijo que los detenidos Kallsten y Galarza pudieron ser identificados por los testimonios de “numerosos vecinos e hinchas” de Chicago y de Huracán. Kalls-ten, chapa 2037, estaba a cargo del patrullero 952, en tanto Galarza, chapa 11046, manejaba el vehículo. Este habría sido autor del disparo que hirió a Mendoza en la cabeza. “Es cierto que había una pelea entre barrabravas, pero esos dos policías utilizaron sus armas reglamentarias y no las escopetas con balas de goma para dispersar a los revoltosos”, indicó Gómez.
Bárbara, la novia del chico, relató que Mendoza es un estudiante secundario que había ido a ver el partido, y después se dirigió a una plaza de Los Perales para reunirse con unos amigos, cuando apareció el patrullero 952 de la Policía. “Se escondió detrás de un árbol, pero igual recibió un tiro en la cabeza” explicó.
Según el comunicado distribuido ayer por la Federal, “el jefe de la institución puso inmediatamente a disposición de la Justicia a los integrantes del vehículo policial perteneciente a la comisaría 52, involucrado en el suceso”. Kallsten y Galarza están detenidos en la Dirección Unidad Investigativa Antiterrorista (DUIA) en Cavia y Figueroa Alcorta.
“Los dos suboficiales componentes de dicha dotación se hallaban afectados al dispositivo de seguridad previsto en las adyacencias del estadio de Nueva Chicago, en el ámbito de la comisaría 42”, explica el comunicado. Giacomino invitó a “quienes puedan sumar elementos probatorios” a declarar en la sede de la seccional 42, Lisandro de la Torre 2343, en Mataderos.
Un grupo de vecinos gritó consignas contra la policía y reclamó justicia en la calle donde fue herido Mendoza, por la mañana. A la tarde, los incidentes fueron más graves. Hubo una protesta en Monte y Lisandro de laTorre, y prendieron fuego a un colectivo, incendio que fue sofocado por bomberos del cuartel 8 de la Federal.