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La dirigencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile aguarda que Marcelo Salas se recupere de su desgarro muscular para jugar el partido ante Brasil, el próximo 6 de junio, por la Eliminatoria de la Copa del Mundo 2006. Salas también expresó con optimismo la misma pretensión, pues consideró que podrá recuperarse en 21 días de un desgarro de 8 milímetros en el muslo izquierdo, sufrido durante los primeros seis minutos del superclásico en la Bombonera.
Justamente, tres semanas es el plazo mínimo para que un deportista de alto rendimiento supere un desgarro muscular, pero el caso de Salas es especial, pues durante este semestre ha padecido esta clase de afecciones fibrilares en forma crónica.
“Todo va a depender de esta semana, de la primera semana, de cómo evolucione la lesión. Es un desgarro muy chico y que, obviamente, permite mirar con optimismo el futuro. Quiero recuperarme pronto, pero no tener la presión extra de decir que en veinte días voy a jugar ese partido”, comentó Salas.
El delantero agregó: “De mi parte está la mejor disposición. Si puedo llegar, obviamente lo voy a intentar. Pero, si no, voy a ser uno de los más tristes por no jugar con Venezuela ni con Brasil, pero estaré apoyando a mi seleccionado”.
El futbolista cuyo pase pertenece todavía a la Juventus aclaró que su presencia ante Brasil dependerá de “si una semana antes estoy corriendo, picando”. Salas se comprometió a acompañar a sus compañeros del seleccionado en algunas de las prácticas previas a ese compromiso. “Tengo muchas ganas de estar cerca de mis compañeros del seleccionado la mayor cantidad de tiempo que sea. Leo (Astrada, el entrenador de River) ya me dijo que no hay ningún problema en que fuera, que estuviera con mis compañeros; quizá voy a estar dos o tres días y, seguro, en el partido con Brasil”, concluyó.
El doctor de River, Luis Seveso, explicó el miércoles que Salas “sufrió una lesión muscular en el bíceps femoral izquierdo” y dijo no saber con exactitud cuánto tiempo tardaría el chileno en volver a jugar, pero deslizó la posibilidad de que fueran al menos tres semanas, lo habitual en este tipo de lesiones.