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Argentina y Brasil, las dos principales potencias del fútbol sudamericano por el título de la Copa América de Perú 2004. Pese a la rica historia que posee este clásico, será la primera ocasión que ambas selecciones se enfrenten en la final de este tradicional certamen. La Selección, con la presencia de varias de sus principales figuras, buscará un título oficial después de once años. En tanto que el pentacampeón mundial, que con un plantel alternativo ha logrado conformar un equipo de alto nivel competitivo, buscará el séptimo título sudamericano, después de llegar a la cuarta final en las últimas cinco ediciones.
El entrenador argentino Marcelo Bielsa, decidió cambiar el esquema táctico para este partido y regresar al dibujo que utilizó desde el comienzo de su gestión: tres defensores, tres volantes, un enlace y tres delanteros. Bielsa tiene dudas en tres puestos, uno por línea, y varios jugadores con posibilidades de actuar. Posiblemente, Fabricio Coloccini actuaría como stopper, Luis González lo haría de enlace y Tevez, cuya labor fue decisiva en los últimos dos partidos, se ubicaría como centrodelantero. De esta manera, el atacante Luciano Figueroa abandonaría la titularidad, que ocupó durante tres partidos como consecuencia de la lesión que tuvo Javier Saviola en la derrota por 1-0 que el equipo argentino sufriera ante México en la fase clasificatoria. También regresará el capitán Roberto Ayala, quien cumplió un partido de suspensión luego de ser expulsado ante Perú, en cuartos de final.
En el plantel y el cuerpo técnico argentino, este partido se vive como una inmejorable oportunidad de restablecer el vínculo entre el hincha argentino y la Selección, que quedó muy deteriorado tras la decepcionante actuación que el equipo de Bielsa cumplió en el último Mundial. Al respecto, el capitán argentino, Roberto Ayala, consideró que “esta final es una oportunidad para que la gente vuelva a creer en el equipo argentino. No vivimos este partido como una revancha de lo que pasó en el último mundial, pero sabemos que una victoria nos ayudaría a recomponer la relación con los hinchas. Queremos dejar al fútbol argentino en lo más alto”, señaló el capitán.
Brasil, en cambio, parece afrontar el compromiso de forma distendida. Su entrenador Carlos Parreira confirmó el equipo dos días antes y permitió que los periodistas accedieran cotidianamente al lugar de trabajo, sin guardarse ningún misterio. El pentacampeón mundial repetirá el mismo equipo que eliminó a México y Uruguay en la fase final de la Copa América. El entrenador brasileño aseguró que el equipo saldrá “a divertirse”, ya que la responsabilidad de obtener el título le corresponde al rival. “Nosotros estamos tranquilos. Somos los campeones del mundo y saldremos a jugar sin presiones. La responsabilidad de llevarse la Copa le corresponde a Argentina, que hace tiempo que no consigue un título”, explicó Parreira. Aunque los antecedentes por la Copa América arrojan una ventaja para Argentina con quince victorias, siete empates y ocho derrotas en treinta partidos jugados, en los dos enfrentamientos eliminatorios por este certamen, Brasil dejó en el camino al seleccionado albiceleste en los cuartos de final de Uruguay 1995 y Paraguay 1999. De todos modos, el historial general marca una paridad con 33 victorias para cada equipo y 21 empates, aunque desde la década del ‘70 el predominio brasileño se plasmó con 15 victorias, 13 empates y 6 derrotas, en 34 enfrentamientos.