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Los hinchas de Independiente deliran todavía con el resultado del domingo, pero el triunfo ante Boca no puede tapar la difícil situación institucional por la que atraviesa el club de Avellaneda. Por primera vez en un siglo de historia, Independiente no tendrá un informe de Memoria y Balance presentado en tiempo y en forma. La Comisión Directiva que preside Andrés Ducatenzeiler incumplió hace una semana los plazos establecidos por el estatuto general del club para informar a los socios con respecto al estado financiero en el cual se encuentra la entidad, cuyo pasivo es de 43 millones de pesos y que arroja pérdidas operativas por 8 millones más en concepto de gastos. La actual administración roja no puede justificar un duro informe presentado por los revisores de cuentas de Independiente, que detalla severas irregularidades en las contrataciones de jugadores y varios procedimientos viciados sobre el retiro de fondos por medio de vales de caja adulterados.
La Comisión Directiva de Independiente sesionó el lunes pasado, 14 de septiembre, y bajo la presidencia de Ducatenzeiler decidió no informar a sus socios sobre el estado financiero del club, quebrando así una tradición en un club que supo ser en el pasado un modelo de administración para el resto de las instituciones del fútbol argentino.
Según los estatutos orgánicos de Independiente, la dirigencia del club está obligada a informar a los socios 15 días antes de que se celebre la Asamblea General Anual de representantes, organismo que se encuentra habilitado de rechazar o aprobar el balance de la institución. Pero el próximo lunes, 30 de septiembre, los representantes de los socios no podrán supervisar el estado contable de su club, precisamente, cuando faltan menos de cuatro meses para que se cumpla el primer centenario de la institución.
La conducción no puede explicar ante los socios los fundamentos de los distintos informes presentados por la Comisión Revisora de Cuentas que componen Carlos Bandrés y Héctor Valcarce, quienes dieron cuenta de severas falencias administrativas cometidas por la Comisión Directiva. Entre las tantas irregularidades se detalla un pago al representante Hugo Issa por 185 mil euros, correspondientes a comisiones por la transferencia del defensor Gabriel Milito, que debieron pagarse hace un año, y que debieron haberse pagado cuando el jugador dejó el club para incorporarse al Zaragoza de España.
Existe además un documento por 35 mil dólares por el pago de derechos televisivos de un partido de la Copa Sudamericana del año pasado ante Central que fue retirado, pero que no se rindió en la Tesorería del club. Los revisores dieron cuenta también de que la mayoría de los miembros de Comisión Directiva del club posee aparatos de telefonía celular pagados por Independiente, sin que exista una reglamentación que autorice tal erogación.
En cuanto a los manejos contractuales, se detectaron irregularidades en las contrataciones de los jugadores Hernán Losada, Damián Albil y Leonel Ríos, entre otros. Se cancelaron también distintas obligaciones del club con jugadores profesionales con cheques presentados a nombre de un particular llamado Marcelo Omar Querini, sin que esta persona tuviera autorización para efectuar pagos a nombre de Independiente. Querini, cercano a Ducatenzeiler, está vinculado con la barra brava y posee la concesión de la confitería del estadio de la calle Cordero.
Ante todo este panorama, el protesorero de Independiente, Daniel Devittis, estuvo a punto de presentar la renuncia a su cargo, pero sus pares de Comisión Directiva le habrían sugerido la inconveniencia de esa decisión, que comprometería seriamente al resto de la actual dirigencia.

Investigación: Leonardo Castillo.