DEPORTES › “NO SÉ QUÉ ES PEKERMAN, NO TIENE ANTECEDENTES”

“No sé qué es Pekerman, no tiene antecedentes”

Ayer, Angel Cappa elogió al nuevo entrenador de la Selección en estas páginas; hoy, el técnico campeón mundial en 1978 asegura que no lo convence el cambio de Bielsa. “No lo conocemos bajo presión”, señala.

Por Carlos Ares*

Cigarrillo negro siempre encendido, mentiras evidentes atacadas con desprecio, verdades absolutas defendidas con pasión, la caliente y grave voz del mítico Flaco César Luis Menotti resuena constante en el fondo de la conciencia del fútbol argentino. A sus 65 años, reacciona con furia adolescente cuando le tocan el juego que lo mantiene con vida. La renuncia de Marcelo Bielsa, el primer entrenador que abandona el cargo desde que Menotti inició en 1974 el proyecto de organización de las Selecciones Nacionales de Argentina, el no de Carlos Bianchi a la sucesión y la inmediata designación de José Pekerman le dan ahora motivos suficientes para mantener el debate en un punto de jaque perpetuo.
–¿Lo sorprendió la renuncia de Bielsa?
–No conozco los motivos, más allá de los que él explicó. Pero entiendo y comprendo su fatiga, su cansancio. No me sorprende en el sentido de que es la crónica de una muerte anunciada, la del entrenador vocacional. No me refiero a los mercenarios de este oficio. Hablo de aquellos, como Bielsa, que todavía sueñan con entrar al campo como si fuese un taller de artesanos donde se generan obras, sociedades, fútbol, juego, donde se prepara el gran espectáculo para agradar al público.
–¿Es un síntoma de lo que pasa en el fútbol argentino?
–Sí, se lo está devorando el negocio. Los entrenadores trabajamos sólo para los empresarios que venden jugadores, los enriquecemos para ellos. Así es que yo trabajo para armar un equipo y al final del torneo me lo desarman todo y hay que volver a empezar. ¿Qué relación sentimental se puede construir así con los hinchas? Acá sólo se trabaja para la exportación.
–¿El entrenador debe volver a preguntarse para qué sirve su oficio?
–Claro, porque lo que hay que resolver es si un equipo de fútbol, una obra de teatro, una gran orquesta sinfónica, es un problema de intérpretes, de músicos y directores, o es un problema de ensayo. ¿Qué es el fútbol? ¿Es cuestión de juntar 11 tipos y ponerlos en la cancha, aun cuando sean los mejores? ¿Es eso? ¿Una orquesta es el resultado de un director que llama a los mejores intérpretes y les dice: “Mañana tocamos Mozart en el Teatro Colón”? ¿Es así? Es probable que con grandes jugadores, grandes intérpretes, esa función se salve. Pero si los jugadores y el entrenador tienen verdadera vocación, aun cuando ganen fortunas, necesitan ensayar, necesitan juntarse con los otros para salir a escena el domingo y, cuando se miren, ya sepan todo de memoria. Como sucede con un centrodelantero y un media punta, o los dos centrales con los laterales en la defensa y así.... Las verdades del fútbol no las tiene nadie, pero hay mentiras evidentes. Son muy pocos los entrenadores que sostienen una línea de pensamiento y de acción. A mí me da vergüenza escuchar las cosas que dicen algunos entrenadores cuando les preguntan qué fútbol les gusta y contestan: “Tres-uno-dos-uno-tres”. Parece que están dando números de teléfono...
–¿Cómo evalúa los seis años de gestión de Bielsa al frente de la Selección Argentina?
–El tuvo una formación más académica, teórica, le faltó algo de calle. Es como esos actores de conservatorio que hacen bien algunos roles, pero hay otros que los quieren hacer y no pueden. Lo bueno es que creo que fue creciendo, tuvo una evolución. Después del fracaso en el Mundial, modificó su dibujo táctico, cambió la elección de futbolistas y fue a buscar la eficacia desde un lugar que le es más cómodo a los jugadores. Eso habla bien de él...
–¿Por qué cree que Carlos Bianchi no aceptó el cargo?
–Bianchi nunca fue considerado de verdad como el entrenador de la Selección, sólo hicieron el trámite porque había un consenso general para que le ofrecieran el cargo, pero no lo querían. Yo apostaba cien dólares contra uno a que Bianchi no aceptaba.
–¿Era Pekerman el indicado para sustituir a Bielsa?
–Si partimos desde el punto de vista de los antecedentes, no tiene ninguno. En estos años no ha tenido experiencia práctica con los mayores. Tal vez, desde la observación, sí. Pero yo hace 20 años que veo ballet y no entiendo nada.
–¿No basta su experiencia con los juveniles? Ganó tres campeonatos mundiales Sub-20...
–No tiene nada que ver. Son cosas muy distintas. Yo no me atrevería a dirigir juveniles. Para mí hay diferencias muy marcadas, hay entrenadores de inferiores, de Primera y de nivel internacional. No todos son lo mismo, ni son iguales. La Selección es también otra categoría. Una cosa es dirigir acá y otra en España. Y otra en Italia.
–¿Qué puede cambiar en el equipo que armó Bielsa con Pekerman como entrenador?
–Es que no sé qué es Pekerman. Nunca dirigió nada. No lo digo peyorativamente, pero la verdad es que no lo conozco como entrenador en un River-Boca, en un Real Madrid-Barcelona, en un Central-Newell’s, en competencia cada domingo. Nunca lo vi dirigiendo un equipo que está peleando el descenso. No lo conozco bajo presión, no conozco su personalidad, no conozco su idea del juego en la búsqueda de la eficacia. Si no se tiene una gran personalidad, no se pueden transmitir esas ideas a jugadores profesionales. Si a mí me preguntan por Bianchi, yo tengo un análisis interior, porque lo conozco en finales, partidos importantes. A Bielsa lo conocí con Vélez, con Newell’s. Ahora, Pekerman... Lo de los juveniles lo descarto, porque no tienen ninguna presión. No es lo mismo dirigir a un gran actor que a un chico del teatro vocacional, aunque sea bueno.
–Está claro que no lo convence el cambio.
–No. Bielsa jamás se comprometió con la miseria mediática. Y resulta que se pasa ahora a un entrenador que el día en que lo designaron estuvo desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche dando entrevistas a cualquier medio. A mí me hubiera gustado que Pekerman dijera: “Voy a hacer todo lo posible por seguir adelante, pero me voy porque tengo que hablar con los jugadores, hay partido dentro de 20 días”. Pero veo que ahora está todo permitido para los grandes poderes otra vez. Es el uso que hacen ellos de la libertad de prensa, utilizan el micrófono para mentir o engañar, pero se dan el lujo de censurar a quien piensa distinto.
–¿El responsable es el presidente de la AFA?
–Sería muy cómodo echarle toda la culpa a Grondona cuando hay un Estado que se desentiende de cómo funciona la AFA y estas supuestas sociedades sin fines de lucro, donde los intermediarios y los directivos hacen negocios con el club. En este circo es muy cómodo echarle toda la culpa a Grondona cuando ningún dirigente tiene ni presenta un proyecto alternativo.

*De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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