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Guillermo Cañas, eliminado en octavos de final por el ruso Nikolai Davydenko, se mostró desilusionado por no poder continuar en el torneo después de un buen comienzo. El ruso venció a Cañas 6-3, 6-4, 6-3, en 2 horas y 12 minutos. Fue su primera victoria sobre el argentino, que ya lo había vencido en Viena en el 2001.
“Me voy desilusionado en el sentido de que tenía ganas de seguir más, de llegar más adelante –relató el argentino–. Cuando se pierde un partido en el que se tienen posibilidades de ganarlo, y no se puede conseguir, te afecta. Después de un tiempo, la molestia se va a pasar”, añadió Cañas, que tuvo un bajo porcentaje de primeros saques y sólo anotó 17 puntos ganadores contra 38 del ruso.
“No pude jugar de la manera que quería, él lo hizo bien y no pude sacar ese poquito que necesitaba para poder ganarle –explicó Cañas–. Intenté hacer un par de cosas, no las pude lograr ni pude completar las oportunidades que tuve para volver al partido, en particular en el segundo set para ponerme cinco iguales y un punto de quiebre para ponerme 4-3 adelante. Por ahí hubieran cambiado las cosas, y estoy algo frustrado por no llegar a cuartos de final.”
Este fue el séptimo Abierto de Australia para Cañas, y la segunda vez que se clasificó para octavos de final, después del épico partido del 2004, cuando venció a Tim Henman en casi cinco horas, habiendo perdido los dos primeros sets. “Este fue mi primer torneo del 2005, empecé bastante bien y queda un año bastante largo por delante para seguir mejorando.”
Cañas defendió a Chela en el incidente con Hewitt por el que fue multado. “Creo que Juan reaccionó mal, aunque en cierto sentido lo entiendo, pero también hay que considerar que Hewitt juega al límite y en dos ocasiones le festejó a Chela dos puntos perdidos por mi compatriota. Lo que pasó a veces sucede cuando se juega con un jugador que pasa las reglas de la caballerosidad y que está en su casa.” Y añadió: “Siendo compañero y amigo de Juan, lo veo de su lado, pero cometió un error ante Hewitt y el único sancionado fue él cuando tendrían, por lo menos, que advertir al australiano por su comportamiento en las canchas”.
Cañas analizó al futuro rival de David Nalbandian: “Aquí, a Hewitt lo tienen como el niño bueno de la película y no es nada así. Todo el mundo que juega contra él tiene antecedentes como para hacer saltar a cualquiera. Están defendiendo a alguien que no es el chico bueno, el chico querido del circuito”, concluyó.