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DERROTO AL MILAN EN UNA FINAL FABULOSA
Los goles de Crespo no alcanzaron
Los italianos ganaban 3-0, con dos tantos del argentino; los ingleses empataron en seis minutos y vencieron en los penales.
El Liverpool sumó de forma heroica su quinta Copa de Europa en una final apasionante, con un partido encomiable de su capitán Steven Gerrard y un final feliz y enorme de su guardameta Dudek, que dio el triunfo al equipo de Rafael Benítez en la tanda de penales. Los dos goles que Hernán Crespo marcó para el Milan sirvieron de muy poco.
Fue posiblemente una de las mejores finales de la historia. Hasta la fecha, ese honor recaía en la de 1960, en Glasgow, cuando el Real Madrid tumbó 7-3 al Eintracht Frankfurt en el Hampden Park, con un día estelar de Di Stéfano y Puskas. Desde ahora, la de Estambul se codeará con la de Glasgow. De la era moderna, desde luego, fue la más emocionante.
Nunca una final parecía que iba a durar tan poco. Apareció Maldini, el gran capitán del Milán, a los 40 segundos, con su pierna mala, la derecha. Ni imaginarse podía Maldini que ese gol no iba a ser tan decisivo. El 2-0 llegó con el Liverpool protestando un posible penal de Maldini, en ese contragolpe Crespo liquidó con un toque de derecha. No sería su gol más bonito. Llegó cinco minutos más tarde, tras la habilitación de Kaká, y el toque suave, delicado, del delantero argentino sobre la salida de Dudek.
En el segundo tiempo, el Liver- pool inglés sacó el orgullo y con el aliento de su gente se metió en el partido. Gerrard jugó en todas las posiciones. Un espectáculo de futbolista total. Así mandó de cabeza el balón adentro del arco de Dida.
Fue un punto de inflexión. Gerrard levantó al Liverpool. Le dio alas y oxígeno. Dos minutos después, con un bombazo, Smicer ponía, volcánico, el partido con el 2-3. Fueron minutos de infarto. El Liverpool, en medio de una atmósfera intensa, se tragó al Milán. Gerrard entró en el área, lo derribó Gattuso, Dida le tapó el penal a Alonso, pero el español empató en el rebote.
El estadio Ataturk se vino abajo. Con 20.000 tipos animando a coro a un equipo repleto de agallas, el Liverpool le pintó la cara a su rival. El fútbol control del Milan pasó a mejor vida, desinflado de forma alarmante ante el empuje del club inglés. A los 10 minutos de la prórroga, Tomasson tuvo el partido en sus botines. Dudek sacó un balón de oro al ucraniano en la raya en la recta final del tiempo extra. El 3-3 dio paso a los penales. Ahí, Dudek, un polaco al que casi echan del Liverpool un año atrás por comerse varios goles tontos, estuvo inmenso. “Tuvimos seis minutos de locura, fallamos goles inexplicables y tiramos lo realizado durante los 120 minutos. El fútbol es así, pasan estas cosas”, dijo el entrenador del Milan.
Diego Maradona, que comentó el partido, afirmó: “El Milán había sido superior al Liverpool y se había puesto 3-0 aprovechándose de la buenas actuaciones de Kaká y de Hernán Crespo. Pero el segundo tiempo casi todo fue del Liverpool. Shevchenko tuvo al final el gol, pero fue increíble que no lo marcara ante la doble intervención de Dudek. Pero el Liverpool no ha robado nada y es un justo campeón”.