DEPORTES › EL EQUIPO DE LA RIBERA GOLEO 4-0 AL JUNIOR
Noche de ensueño en La Boca
Con tantos de Guglielminpietro y Palermo, dos cada uno, fabricando una goleada para el delirio, Boca se aseguró la clasificación a los cuartos de final, contra las Chivas.
Por Facundo Martínez
La de ayer, de principio a fin, fue una noche soñada para Boca. El equipo de Jorge Benítez necesitaba muy poco para clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores, tras el 3-3 en Barranquilla, y en la Bombonera goleó por 4-0 a los colombianos y mostró un buen rendimiento en todas sus líneas. Guglielminpietro y Palermo, autores de los cuatro tantos, en partes iguales, fueron las figuras del partido; también se destacaron Barros Schelotto y los laterales Baiano y Bedoya.
Rápido como el rayo, Boca ganaba 1-0 antes de cumplirse el minuto de juego: un corner corto de Schelotto a Bedoya, centro del colombiano y derechazo al paso de Guly, entre las piernas de los defensores del Junior, y la Bombonera explotó en festejos. Fue un golpe duro para los visitantes, que prácticamente se paralizaron –con excepción de Omar Pérez, que intentaba jugar algo– y, de no ser por un buen remate del capitán Arzuaga, que pasó por arriba del travesaño, hubieran terminado el primer tiempo sin haber generado situaciones claras de gol.
En cambio, Boca tenía algunos problemas con la pelota, pero llegaba con más fuerza al área contraria. Tuvo una chance Cagna, tras un lindo taco de Palermo, pero el volante terminó perdiendo ante la salida del arquero Carlos Pérez. Boca transitaba el partido con seguridad, como esperando el momento para dar un nuevo golpe. Llegó. Schiavi metió un remate violento en el área; Palermo la paró, trató de dominarla y se la cedió al Mellizo, que se la devolvió, para que el gigante sacara un zurdazo directo al arco. 2-0 y más tranquilidad; había fiesta en las tribunas.
Tras el descanso, Junior continuó sin rumbo y Pérez parecía estar cada vez más solo; de tanto en tanto aparecía Arzuaga, con algún pelotazo al arco. En Boca crecía el trabajo de Bedoya y Baiano subía cada vez más confiado. Arriba Schelotto y Palermo presionaban, y el Guly encontraba bastantes espacios. En el mejor momento de Boca llegó el 3-0. La jugada arrancó atrás, picó Baiano, la tiró hacia el centro, recibió Cagna para abrirla hacia la derecha, donde el Mellizo esperaba; de ahí salió el centro perfecto a la cabeza de Guly, que la metió sobre el segundo palo.
“Olé, olé, olé”, coreaban los hinchas boquenses. Y Boca tocaba, cómodo, sin presiones. Junior tuvo tres situaciones de gol más o menos claras, todas a las manos de Abbondanzieri. Hasta que, de un pelotazo de Delgado, que el defensor Méndez quiso descargar sobre su arquero, nació el 4-0: se equivocó Pérez al despejar y Palermo se encontró con la pelota y el arco de frente, cerca del punto penal: derechazo y adentro, y a pensar en las Chivas de Guadalajara, el próximo rival en cuartos.