DEPORTES › PELOTA CIBERNETICA EN EL MUNDIAL SUB-17

No rompan los microchips

Con el dispositivo dentro del balón se podrá saber a ciencia cierta si es gol o no en jugadas dudosas.

La pelota no se mancha, dijo Diego, pero se transforma en un instrumento cibernético. Un microchip electrónico que permitirá determinar con toda precisión si la pelota traspasó o no la línea de gol será ensayado a partir de hoy en el Mundial Sub-17, que se juega en Perú y para el cual el seleccionado argentino no se clasificó. La pelota que se usará en el Mundial es un esférico con una superficie sin costuras, sellada mediante termosoldadura. La “inteligencia” la aportará el chip, ubicado en el centro de la pelota y protegido para que no lo afecten los golpes, que generará la transmisión de datos. El sistema se basa en una red de microemisores y microsensores con capacidad para enviar más de 2000 señales de microondas por segundo y su desarrollo costó más de 7,5 millones de euros.
“El balón funciona con una serie de señales que se captan en antenas en el campo de juego”, explicó el peruano Alberto Siles, directivo del comité organizador del Mundial. “Estas antenas emulan el GPS (Global Position System), mediante una triangulación. Estas antenas están conectadas a un sistema de cómputo que tiene un mapa electrónico de la cancha, lo que permite ubicar en tiempo real la posición precisa de la pelota”, añadió Siles. En cada uno de los cinco estadios en los que se jugará el Mundial se dispusieron doce antenas, para recibir las señales del microchip, conectadas a una cabina de radio.
El trasfondo técnico es complejo, pero la función muy sencilla: cuando el balón pase la línea de gol entrará en acción un sistema ultrarrápido de sensores que terminará en la vibración de un brazalete portado por el árbitro, con lo que éste podrá dar por válido el gol. “En lo práctico, cuando la circunferencia total del balón cruza la línea de gol se da una señal luminosa al árbitro confirmando que sí la traspasó. El árbitro recibe la señal en su reloj”, indicó Siles.
El encuentro inaugural entre Uruguay y México será la primera vez que un balón con estas características tecnológicas se utilice en un partido oficial, lo cual significa una revolución en la FIFA, tradicionalmente reacia a introducir la tecnología en las decisiones arbitrales, en particular a utilizar las repeticiones de video sobre jugadas dudosas.
Los detalles de la innovación, desarrollada en conjunto por la multinacional Adidas (uno de los más consecuentes patrocinantes de la FIFA), la compañía Cairos Technologies AG y el Instituto Fraunhofer, se guardan casi como un secreto de Estado. Pero se sabe ya que forma parte de un proyecto que cuenta con un presupuesto de más de 7,5 millones de euros (más de 26 millones de pesos) y apunta a otras posibilidades futuras: no sería raro que se colocaran chips en las canilleras para poder determinar con precisión situaciones de fuera de juego.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, señaló no hace mucho que el microchip en la pelota podría utilizarse en el Mundial de Alemania 2006, si las pruebas que se realicen en el Mundial Sub-17 en Perú son concluyentes. “Si no, la responsabilidad será como hasta ahora de los árbitros asistentes”, señaló, sin mostrarse convencido por la posibilidad de cobrar electrónicamente el off-side. “La tecnología de la línea de gol es suficiente –se atajó Blatter–. El fútbol debe mantener su lado humano y aceptar sus errores. Si empezamos a trasformar con ciencia al fútbol, perderá su fascinación.”
El peruano Wilson Reátegui, uno de los jueces del Mundial, confía en que todo saldrá bien: “Pienso que no va a haber ningún problema. Siempre que la FIFA introduce una novedad hace antes los estudios pertinentes. Los analistas creen que va a ser una buena ayuda para los árbitros”.

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