Martes, 10 de enero de 2006 | Hoy
El entrenador de la Selección Argentina, José Pekerman, elogió al delantero del Barcelona y dio pistas acerca de sus posibilidades en el Mundial de Alemania. Alabó a Riquelme: “Sabe a qué está jugando”.
Por Diego Torres*
–¿Cómo ve la Liga española?
–La sigo mucho porque los jugadores clave de la Selección están en España. En el aspecto técnico, se produjo un bajón de calidad. Hubo equipos muy superiores al resto, que marcaron ciclos, como La Coruña, el Valencia, el Madrid o el Celta. Ahora es muy difícil ver equipos que marquen las diferencias. La excepción es el Barcelona. Quizá sea el que juega el mejor fútbol del mundo. Es vistoso, efectivo, equilibrado en sus líneas... Combina la calidad individual con el juego colectivo. Es compacto y lucido a la vez. Invita a pagar la entrada. Pero no debe olvidarse de que lo está logrando en un campeonato en el que los otros competidores bajaron mucho.
–La última etapa de la Selección, con Marcelo Bielsa, se caracterizó por una planificación a largo plazo y muy estricta en lo táctico. ¿De qué sirve entrenar durante años unos mecanismos cuando en un torneo corto hay factores tan aleatorios?
–Hay que tener una idea amplia y hacer una mezcla. Uno valora al jugador por la historia, pero en un mundial tiene mucha importancia el presente. Se ve cada cuatro años. Hay grandes expectativas por muchos que hicieron grandes cosas en sus clubes, pero no rinden lo esperado. Para conseguir un equilibrio tienen que estar el que se encuentre en mejores condiciones y el nuevo, menos conocido, sin tanto apoyo mediático. Los grandes equipos campeones siempre tuvieron jugadores que sorprendieron. Brasil, en 1962, a Amarildo; Italia, en 1990, a Schillaci; Brasil, en 1998, a César Sampaio. En 1986, Argentina ganó con Olarticoechea, Enrique, Cucciuffo, Brown, que fue convocado sin tener club. Reemplazó a Passarella, fue titular y marcó un gol en la final.
–¿Cómo ve a Messi?
–Tiene tanto talento que rompe las barreras normales. Tiene determinadas habilidades que son únicas. Esa velocidad, ese dribbling con la pelota atada al pie con tanta facilidad... Causa daño a las defensas. Pero tiene que aprender. Con el tiempo tendrá que asociarse más al equipo para buscar soluciones. Tiene que escuchar más al cuerpo técnico, hablar más con sus compañeros. De su inteligencia dependerá si resuelve o no los problemas que se le presenten.
–¿Temería poner a un chico tan joven de titular en el Mundial?
–Por lo que hizo hasta ahora, no se puede asustar nadie. Demostró que puede ser titular y determinante. Barcelona rompió los moldes dando responsabilidad a un jugador de 17 años. ¿Cuánto tiempo hacía que un equipo grande no lo hacía? Quizás en otro momento, con otro entrenador, Messi no habría jugado. Esto habla bien del Barça y de Rijkaard. Un talento se estimula.
–¿Riquelme crea una dependencia excesiva en su selección?
–Esto no se puede definir porque casi nunca jugamos sin Riquelme. Está claro que no hay un jugador de las mismas características. Los hay que tienen la misma función, pero no otro Riquelme. Zidane era un organizador, uno que manejaba las situaciones, los tiempos. Pedía la pelota y la distribuía con mucho criterio, con mucha técnica, cuando tenía que resolver algo individualmente. Pero, generalmente, los equipos en los que jugó lo necesitaban para tener volumen de juego. Esto le pasa a la Selección con Riquelme. Se siente cómoda con él porque se compromete. Siempre busca que esté bien parada, dar soluciones a los delanteros... Cuando el partido no tiene dueño, es capaz de decir: “Así, no; lo tenemos que manejar nosotros. Yo me hago cargo. Voy a buscarla porque, si tenemos el control de la pelota, tendremos más oportunidades de ganar”.
–¿Es un líder?
–Es un líder un poco silencioso en sus actitudes fuera de la cancha. Pero en ella, los jugadores saben que él siempre va a pedir la pelota, a tratar de poner a un jugador en una buena situación, a darle la pelota bien... En este sentido es líder. Después, es buen compañero. Pero sin actitudes demagógicas. No le gusta el reconocimiento. Pero tiene una idea clara de lo que debe ser su oficio. Conocí pocos jugadores con la capacidad que tiene Riquelme para manejar el fútbol. Sabe bien todo lo que está pasando. Te puede definir con precisión a cualquier futbolista. Puede determinar por qué juega bien o mal un equipo. Sabe detener el juego cuando hay que hacerlo o darle velocidad. Es de esos jugadores que con el tiempo se han perdido. El fútbol generó jugadores electrizantes, velocistas... Pero ha ido perdiendo jugadores capaces de saber a qué están jugando. De decir en un partido: “Yo, ahora, sé dónde están los delanteros, los volantes. Se cuándo tengo que parar la pelota y cuándo atacar”. Así quedan pocos.
–¿Zidane y cuántos más?
–A mí me gusta muchísimo Deco. Tiene situaciones como ésta, quizá con mucho movimiento, con más participación de ataque y defensa. Es un jugador completo que se beneficia de estar rodeado de otros grandes. Cuando me comentaron que tiene buena sintonía con Messi, me quedé tranquilo. Deco es la clase de jugador en la que los demás deben reflejarse. Si él tiene esta consideración hacia Leonel, se lo agradezco mucho.
–¿Y Xavi?
–Si el juego no tuviera ritmos, si sólo hubiese permanentes pelotazos, sería una lucha. Xavi siempre propone otra cosa. Es de los que expresan lo profundo del fútbol.
–¿Gago es volante central contra su naturaleza?
–Es del estilo de Xavi. Si juega delante de los centrales, se pierde lo mejor de él. Su fuerte no es defender sino ser eje del equipo. Tiene las características de un 10 antiguo. Con un despliegue elegante y un pase vertical de los mejores que vi. Los partidos le agregaron una cuota de agresividad. Crece con la competencia.
–Agüero se presenta como alternativa para el ataque de su Selección. ¿Es más punta que Messi?
–Igual. Los dos, cuanto más cerca estén del área rival, más cómodos se sienten. Es una bendición que aparezcan chicos con este enamoramiento por hacer goles. Sin embargo, Agüero y Messi nunca se van a encasillar como goleadores. Son delanteros que hacen los goles o se los hacen a los demás. No son 9 de área. Hay que darles participación en todo el frente porque pueden desequilibrar.
–¿Le preocupa que Argentina no tenga un 9 como Batistuta?
–Tuvimos a Balbo, Batistuta, Crespo, Kempes. En estos momentos no abundan. Hay delanteros con otras características. Pueden hacer goles, pero basándose en otro tipo de juego. Saviola es el caso típico. Con Tevez pasa lo mismo. Es el momento de los 9 no estáticos. Hoy es muy difícil jugar sin movilidad. No hay que aferrarse a un sistema. Los centros y los pases largos pueden ser un recurso importante. Pero no es bueno acostumbrarse sólo a eso.
–¿Y el descenso físico de los jugadores argentinos?
–Para distintas acciones, los jugadores corpulentos, altos, son necesarios. Pero las generaciones varían. Se gana en unas cosas y se pierde en otras. Ahora seguimos a Bilos, que tiene un tranco muy grande, buena técnica y movilidad. Y arranca desde las dos puntas.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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