Son miles de fieles cuya religión tiene apenas tres mandamientos: “playa, un toque de birra y mucho rock and roll”, según define Javier, con su remera de Los Ramones que lo convierte en el sacerdote supremo de un contingente de “veinte descerebrados” que se vinieron en bondi desde Bernal. Poco importa si el buen tiempo acompaña o no. En el límite sur de las Playas del Sur, los paradores patrocinados por las radios Metro y Rock and Pop, cuentan con seguidores que están siempre merodeando la zona, a veces atraídos por los shows en vivo y gratuitos que se ofrecen, y otras simplemente para escuchar los programas a través de los bafles al aire libre que sacuden la arena tanto o más que el propio mar. Ayer, la atracción principal era la presentación de Catupecu Machu, que venía de ofrecer un primer show de verano en Pinamar, pero lo cierto es que con o sin show en vivo, la música y la onda joven de los dos paradores, congrega multitudes de chicos que creen encontrar por unas horas la porción de paraíso que les corresponde.

“Somos uruguayos y vinimos por Catupecu; vemos el show y nos volvemos.” Soledad es vocera y capitana del grupo de orientales, integrado por algunos varones que acatan y callan. “Nosotras venimos por la música y por Fernando”, sigue diciendo la jefa del grupo, en alusión a Fernando Ruiz Díaz, líder de la banda de Villa Luro. Tiradas en la playa, repartiendo una sobredosis de belleza, seis niñas rosarinas admiten que están allí por la música en general y no por Catupecu. “Es gratis y tampoco nos disgusta la banda”, aclaran –para no ofender a nadie– Lourdes, Lucía, Florencia, Luly, Rocío y Gisella, estudiantes avanzadas de la carrera de Comunicación.

La conversación se encamina hacia el futuro de seis aparentes buenos proyectos de profesionales del periodismo que prefieren “la radio y la gráfica, por encima de la televisión”, aunque dos de ellas admiten que “la producción de TV no está mal y es una alternativa”. La censura en los medios, la escasa difusión que tienen los conflictos sociales “sobre todo si ocurren en Santa Fe o en Salta, por ejemplo” y los caminos escabrosos que a veces recorren la política y los políticos, generan una serie de comentarios críticos e inteligentes. Es la primera vez que vienen “todas juntas” a Mar del Plata y la estadía es grata, a pesar del viento que sacudía ayer la playa y que convertía a la arena en un látigo de siete puntas.

La Rock & Pop, en el parador Tamarindo, transmite programas en vivo desde su móvil instalado a metros de la Ruta 11. Favio Posca, Corina González Tejedor, Rodrigo Sabio y Alejandro Nagy conducen y animan las salidas en vivo. Este año cuentan con el aporte de Nino Dolce, un típico italiano calentón y simpático que se dedica a pasar recetas de cocinas, mientras franelea con chicas semidesnudas. El personaje cobró cierta notoriedad por sus apariciones en la señal codificada de Playboy TV. Ayer, para aportar adrenalina, la multinacional del sexo soft aportó la presencia de Jimena (23), su playmate local del mes de enero. Ella estaba bellísima a pesar de sus minijeans gastados y de las deliciosas arruguitas que se le hacían debajo de los ojos cada vez que reía. Ella es presentada como “la vecinita sexy de Belgrano”. Su teléfono o domicilio son secretos de Estado.

En el sector VIP, destinado ayer en exclusividad a la prensa, la chef Salya ofrecía buen trato y exquisiteces de la comida hindú y étnica. La experta tiene abierto, todos los días, un boliche en la playa donde se pueden comer platos deliciosos, con una explicación detallada y precisa sobre ingredientes, sabores y secretos milenarios. En el mismo parador también funciona un restaurante convencional, con autoservice, que no es caro. En la Metro Beach, vecina a la playa de la Rock & Pop, ayer el público era escaso porque el show estaba en otro lado. En esa radio, la atracción principal de este verano es la anunciada presencia de Miranda y los jueves con la actuación de DJ’s en vivo. La animación, en la Metro, corre por cuenta de Andy Kusnetzoff, Matías Martin, Gabriel Schultz y Ale Lacroix. Los recitales en vivo tienen por escenario una de las grandes terrazas que tiene la playa.

Ayer todos se corrieron hasta la cava donde se reúne el público que concurre a los shows organizados por la Rock & Pop. Unos cinco mil chicos asistieron a la demostración de Catupecu Machu que terminó con las primeras horas de la noche, anticipada por un cielo que estuvo gris durante todo el día, con el agravante de un viento que prenunciaba lluvias.