Martes, 10 de enero de 2006 | Hoy
ECONOMíA › EL DOLAR TOCO LOS 3,09 PESOS. EL BC COMPRO EUROS
El Banco Central debutó en la plaza del euro adquiriendo 33,7 millones. El dólar subió dos centavos. Los exportadores retienen divisas.
Por Claudio Zlotnik
El dólar subió ayer dos centavos, cerró en 3,09 pesos para la venta en las casas de cambio, y de esa manera alcanzó el valor más alto de la era Kirchner. La última vez que estuvo en ese nivel fue en marzo del 2003, cuando la cotización del billete verde venía en declive después de haber tocado el máximo de 4 pesos algunos meses antes. Ahora, la tendencia alcista del tipo de cambio es consecuencia de las compras que realizan el Banco Central y el Tesoro, con el objetivo de recomponer las reservas tras el pago de la deuda al Fondo Monetario.
Ayer, el Banco Central y el Banco Nación se dividieron las tareas. El BC dio comienzo a sus compras de euros. Adquirió 33,7 millones en esa moneda. El objetivo es diversificar las reservas. Después del pago al FMI, el 95 por ciento de éstas se encuentran en dólares y la intención es elevar la proporción de euros. Hay que recordar que para abonarle al organismo internacional, el Central se vio obligado a entregar los euros que tenía en su cartera de inversión y, además, compró 5400 millones en los mercados internacionales. Por su parte, el Nación intervino en el mercado adquiriendo entre 10 y 20 millones de dólares, según dijeron a Página/12 operadores de la city.
La estrategia de volver a acumular reservas a un ritmo acelerado es la causa central de la suba del dólar. En la primera semana del año, entre el BC y el Tesoro compraron alrededor de 270 millones de dólares. Las reservas que el día del pago, hace una semana, quedaron en 18.575 millones de dólares, ya subieron a 18.791 millones.
Ayer, al cierre del mercado, desde la mesa de operaciones del Central se comunicaron telefónicamente con algunos de los principales exportadores para saber por qué, a pesar de la suba del dólar, las liquidaciones habían sido escasas. Indudablemente, en la autoridad monetaria existe cierta preocupación ante el alza del tipo de cambio, que acumuló cuatro centavos en una semana. Más allá de las explicaciones técnicas que dieron las exportadoras, lo cierto es que las compañías están reteniendo divisas a la espera de que el billete verde siga para arriba. En el segmento mayorista, el dólar tocó un máximo de 3,07 pesos, pero cerró a 3,0620, un centavo y medio por encima del cierre del último viernes.
El BC se abstuvo de adquirir dólares, lo que fue interpretado por algunos operadores como una señal de que la entidad rectora se correría del mercado para impedir una escalada de la cotización. Desde algunas consultoras de la city salieron a advertir que una paridad de 3,10 pesos o más tendría un impacto negativo sobre la inflación. Fernando Izzo, de la consultora ABC, comentó a Página/12 que varias empresas de su cartera de clientes advirtieron que tienen calculado sus costos a un dólar de entre 3 y 3,05 pesos. Y que un alza superior obligaría a remarcar sus listas de precios. En un sentido similar opinó Manuel Sánchez Gómez, de MVA Macroeconomía. Dijo que, en la actualidad, el techo para que no haya remarcaciones automáticas está en 3,10 pesos por dólar.
En la city creen que, en las próximas jornadas, el BC se mantendrá al margen del mercado y volverá a comprar dólares con el precio unos peldaños más abajo.
Además de mejorar el nivel de las reservas, que es el principal objetivo de la Casa Rosada y de Economía, hay otros dos puntos que no deben perderse de vista.
- La mayor recaudación impositiva que deja un dólar alto por la vía de las retenciones a las exportaciones.
- No perder el tren de la competitividad de la economía. Ayer, el Banco Central informó que, el mes pasado, el peso se apreció un 0,2 por ciento frente al resto de las monedas. En especial contra el real brasileño. Quiere decir que, aun cuando el dólar terminó en 3,05 pesos, la Argentina perdió competitividad frente a su socio mayor. El año pasado, el peso se apreció 3,2 por ciento en relación con el resto de las monedas.
Un último objetivo que persigue el BC es darle una mayor volatilidad al mercado cambiario. Los funcionarios quieren que, a diferencia del año pasado, los operadores no perciban que existe una especie de tipo de cambio fijo, como en la convertibilidad, que les asegure buenos negocios financieros.
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