Viernes, 14 de abril de 2006 | Hoy
DEPORTES › SE CLASIFICO EN LA COPA CON UN GOL EN EL DESCUENTO
Bajo la tormenta, Pavone anotó el tanto de la victoria sobre el Bolívar en tiempo cumplido. El delantero marcó dos goles.
Estudiantes acostumbró a sus hinchas a convivir con la angustia: primero contra Sporting Cristal, perdía 3-0 y lo dio vuelta para ganar 4-3. Con Independiente Santa Fe de Bogotá, al que pudo quebrar al final del partido. Empató en Lima con el Cristal de manera agónica y anoche, contra el espantoso temporal que se desató en Buenos Aires, acorraló otra vez a sus fanáticos contra la desesperación y los liberó cuando la eliminación de la Copa Libertadores parecía un hecho. Con un gol de Mariano Pavone en el minuto uno de los cinco que descontó el árbitro brasileño Carlos Simón, el equipo de La Plata derrotó 2-1 al Bolívar de La Paz, que con el empate lo eliminaba de la Copa.
Seguramente no fue lucido anoche el trabajo del conjunto de Jorge Burruchaga, pero está disculpado no sólo por las condiciones en las que se desarrolló la mayor parte del encuentro, sino también por ese plus de emoción en que vuelve sus presentaciones. Con poco fútbol, casi sin fuerza para demoler por presencia física a un rival atildado que, cuando quiso, jugó mejor, Estudiantes apretó sin descanso, sin desmayo, y no se rindió ni aun cuando no conseguía acercarse con peligro al arco rival.
A diferencia de aquel antológico segundo tiempo contra el Cristal, esta vez el local no fue protagonista. El Bolívar le quitó la pelota siempre que pudo, le sacó espacio y, sobre todo, tiempo, enredándolo en la cancha a favor de que, con el empate, se clasificaban por apenas un gol más de diferencia (tras seis partidos) que Estudiantes. Así el Bolívar llegó primero a la red, luego de una pelota larga llovida, un cabezazo de Camacho para bajarla en el área y el toque suave de Cuéllar sobre la salida de Herrera. Los locales reaccionaron y no tardó en llegar el empate con otro centro cruzado y el cabezazo de Pavone de pique al piso, cortinado por Cáceres, que sorprendió al arquero.
El empate dejaba afuera a Estudiantes y ningún remedio del técnico daba en el clavo con jugadores por debajo de su rendimiento habitual. Bolívar enfriaba el partido, Estudiantes no podía calentarlo. El cuarto árbitro Taddeo mostró la placa con el cinco y la angustia llegó al límite, al tiempo que partió el centro de Galván, Pavone la paró en el medio del área poblada y de media vuelta, de zurda, doblegó a Zayas. El vendaval, en el final, fue Estudiantes.
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