Viernes, 5 de mayo de 2006 | Hoy
Costa de Marfil, el seleccionado contra el que debutará la Argentina, tiene una estrella, varias figuras y una serie de costumbres que llaman la atención en un equipo de fútbol.
Por Ariel Greco
Técnica en ascenso, alegría casi amateur y la música como una premisa de vida. En esos tres aspectos se puede resumir el espíritu en que se sostiene la ilusión de la selección de Costa de Marfil, el primer rival de la Argentina en la Copa del Mundo. Capitaneados y liderados por Didier Drogba, el delantero estrella del Chelsea bicampeón de la Premier League, los Elefantes van a Alemania por su primera experiencia mundialista, aunque con el pergamino que significa haber eliminado a Camerún en las Eliminatorias y con el segundo puesto en la Copa Africana de Naciones disputada en enero pasado.
Drogba es la estrella indiscutida de Costa de Marfil, pero cada temporada en las ligas más importantes de Europa aparecen compatriotas suyos con actuaciones destacadas. En Inglaterra, Arsenal llegó a la final de la Champions League con dos defensores que estarán frente a Argentina en el debut. Kolo Touré, el autor del gol frente a Villarreal en la semifinal, es el zaguero central titular y uno de los pilares del equipo. Y a su lado, tanto en el club inglés como en la selección, el lateral derecho Emmanuel Eboué es una de las revelaciones de la Premier League. También hay que tener en cuenta que el volante Didier Zokora se convirtió en una de las figuritas de moda del fútbol francés a partir de su tarea en el Saint-Etienne, y algo similar ocurre con el delantero de Lens, Aruna Dindane, que recayó en la Liga francesa tras un paso muy exitoso en el Anderlecht belga.
Más allá de las individualidades, la convivencia del grupo es una de las claves que destacan sus jugadores, incluso los de mayor experiencia en Europa, al explicar el fenómeno que genera el equipo. Y en ello destacan la libertad que les otorga el entrenador Henri Michel, mediocampista central de la selección francesa que participó en el Mundial de Argentina ’78 y entrenador de la que disputó el certamen en México ’86. Los jugadores valoran que Michel no les cuestione ni les impida practicar ninguna de sus costumbres, por más que algunas no sean las ideales para un deportista de alta competencia. Un ejemplo: los almuerzos se asemejan a un banquete de casamiento, lejos de la dieta estricta a las que se someten a otros futbolistas.
Otra anécdota que refleja esta situación se dio el año pasado, en un amistoso que los marfileños afrontaron en Montpellier ante Francia. Ante la alegría que desbordaba el plantel visitante, el delantero francés Sylvain Wiltord, ex Arsenal y actual jugador de Lyon, le expresó su admiración a Drogba: “Qué ambiente. ¿No hay un lugar para mí en esta selección?” Ni siquiera opacó ese clima el penal que falló Drogba en la definición de la final de la Copa Africana ante Egipto, más allá de la bronca por el segundo lugar.
El haber llegado a la Copa del Mundo determinó que los futbolistas sean considerados héroes para los fanáticos marfileños. Tanto que Drogba, el goleador del equipo con once tantos en las Eliminatorias, hizo un pedido público para que cesara la guerra civil que amenazó con poner en duda la participación del equipo en el certamen. “Unámonos para sepultar la guerra en el pasado”, fue su intento de mensaje pacificador. Y en cuestiones más frívolas, su ascendencia es aún mayor. Por ejemplo, la cerveza Drogba es un éxito de ventas, sobre todo porque el envase reproduce la figura de “Tito”, el apodo con que conocen al delantero por el que Roman Abramovich pagó 37 millones de euros para llevárselo desde el Olympique Marsella a Chelsea. “La cerveza del hombre fuerte”, dice el slogan de la bebida.
En ese contexto, la música también tiene su lugar de privilegio. En Abidjan, la capital marfileña, el músico Shanaka Yakuza impuso como hit el Drogbacité, un tema en honor del goleador, que se transformó en furor en todos los sitios bailables. Con una coreografía particular (“Ala de paloma”), el tema es un fenómeno nacional, bailado por miles de jóvenes, en la denominada capital de la noche africana. Claro que no es el único. Kolo Touré es el homenajeado con el Kolocité, mientras que Aruna Dindane también tiene una canción exitosa con su nombre.
Incluso, hay tiempo para la burla. “Pelota a la derecha, tirarse a la izquierda”, dice parte del estribillo del Gnahouacité. El tema está escrito en referencia a Gerard Gnahouan, el arquero suplente, que en el partido de las Eliminatorias ante Camerún cometió un blooper inolvidable que significó uno de los tres goles de Pierre Wome del 2-3 en Abidjan, que puso en riesgo la clasificación al Mundial.
Para llegar a la máxima competición, Costa de Marfil disputó diez encuentros en el grupo que compartió con Camerún, Egipto, Libia, Sudán y Benín. El equipo de Michel ganó siete partidos, empató uno y perdió dos, ambos frente a Camerún. En total anotó 20 tantos y le convirtieron 7. En su último amistoso, el mismo día que Argentina cayó 3-2 ante Croacia, Costa de Marfil cayó como visitante 3-2 ante España, con goles de Bonaverture Kalou, delantero de PSG, y Abdulkader Keita, mediocampista de Lille.
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