El vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, criticó duramente a Rusia por el retroceso democrático experimentado bajo el régimen de Vladimir Putin y por utilizar su riqueza energética como arma política. “No se sirven intereses legítimos cuando el gas y el petróleo se convierten en armas de intimidación o chantaje, ya sea a través de la manipulación del abastecimiento o de los intentos de monopolizar el transporte”, dijo el vicepresidente norteamericano.

Rusia protagonizó a fines del pasado año la llamada guerra del gas contra Ucrania, durante la cual llegó a suspender el envío de combustible ruso a ese vecino país, por donde transcurren varios gasoductos que suministran gas natural a varios países europeos, dependientes de ese combustible. En esa ocasión, Ucrania decidió desviar a su propio mercado parte del gas ruso. El contencioso terminó después de que Rusia y Ucrania negociaran unas tarifas especiales para el gas de consumo ucranio. En este contexto de presión política derivada del gas ruso, en las últimas semanas el Kremlin ha amenazado en varias ocasiones con concentrarse en los mercados asiáticos si Europa continúa poniendo trabas a la expansión de las compañías energéticas rusas en el continente, sobre todo a Gazprom, el monopolio del gas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.