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Por Patrice Burchkalter
Desde Silverstone

Michael Schumacher (Ferrari) no robó su victoria en el Grand Prix de Gran Bretaña, por el Campeonato Mundial de Fórmula 1. Como en todas las ocasiones en que las condiciones son delicadas y que la lluvia forma parte del decorado, el campeón hizo prueba de su maestría imponiéndose delante de su compañero de escudería, el piloto brasileño Rubens Barrichello, y del colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW).
En el podio, Schumacher había recuperado la sonrisa, su alegría de los grandes días. Como antes del Grand Prix de Austria. Sin duda, en el fondo, el cuádruple campeón del mundo tenía el sentimiento de haber hecho callar a sus detractores, a todos aquellos que le criticaron el haber sacado provecho de las órdenes del equipo italiano en Spielberg.
La manera en la que superó a Juan Pablo Montoya, en la 16ª vuelta, bajo la lluvia, luego de que todos los pilotos hubiesen pasado por los boxes para calzar neumáticos intermedios, demostró la neta superioridad del germano.
“Fue una carrera muy especial, bajo condiciones especiales. Por suerte tenemos a alguien en los boxes que es muy bueno en su trabajo, Ross Brawn. El tomó la decisión de qué neumáticos debía llevar. Sobre el circuito, yo sólo debía concentrarme en pasar a Montoya”, explicó Schumacher.
“Nuestras paradas en boxes han sido perfectas, mientras que las de nuestros rivales han tenido problemas, algo que es frecuente en este deporte, cuando se compite en condiciones tan cambiantes y hay que tomar decisiones y trabajar rápido. Hoy les ha ocurrido a ellos, pero otra vez nos puede pasar a nosotros”, filosofó el alemán.
Solamente el brasileño Rubens Barrichello hubiese podido rivalizar con Michael Schumacher. Pero su Ferrari F2002 se rehusó a arrancar en la largada de la vuelta previa, con lo cual el brasileño se vio obligado a partir de la última plaza. Pero Barrichello solamente necesitó diecinueve vueltas para recuperar la segunda posición dentro del pelotón.
El alemán está más cerca que nunca de su quinto título mundial. Al adjudicarse ayer la séptima victoria de la temporada, la 60ª de su carrera, Michael Schumacher puede soñar con coronarse en el próximo Grand Prix de Francia, en Magny Coeurs, dentro de dos semanas. Para ello es necesario que el alemán triunfe y que ni Rubens Barrichello ni Juan Pablo Montoya terminen en el segundo lugar. En ese caso, el alemán igualará el record de cinco títulos mundiales de Juan Manuel Fangio.
Con la victoria, Schumacher igualó el record de puntos sumados en mayor cantidad de carreras consecutivos que, desde 1981, ostentaba Carlos Alberto Reutemann. A lo largo de 15 Grands Prix consecutivos, Schumacher no sólo siempre consiguió un lugar en el podio sino que también ganó nueve de ellos.