Martes, 17 de octubre de 2006 | Hoy
DEPORTES › INTERLAGOS, CUBIERTA DE PARCHES
Alonso y Schumacher salen a acelerar por el campeonato en un asfalto que castiga mucho a las máquinas y a los físicos.
Con siete parches en su asfalto –el límite máximo permitido por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA)–, el autódromo de Interlagos, en San Pablo, ingresó en la recta final de las reformas para recibir desde el viernes un Grand Prix de Brasil de Fórmula 1, que hará historia y con el ánimo de evitar críticas por parte de los pilotos.
En la pista llena de baches y curvas contrarreloj, considerada como una de las más difíciles del campeonato por la mayoría de los pilotos, el supercampeón alemán Michael Schumacher (Ferrari) se despedirá de la F-1 luchando con las fuerzas que le quedan para quitarle al español Fernando Alonso (Renault) un muy probable bicampeonato.
Gracias al acontecimiento, San Pablo espera recibir a unos 100.000 visitantes este fin de semana. Gente de todo el país y del exterior se dará cita en la metrópolis para ser testigo del “adiós” de Schumacher y de la esperada fiesta de Alonso.
Sin embargo, las inversiones hechas por la prefectura paulista no están a la altura del evento y bajaron cerca de 500.000 dólares frente a los 11,6 millones de dólares gastados el año pasado, que a su vez ya representaron un monto inferior en un 12 por ciento al destinado a la prueba en 2004. Las autoridades no se animaron este año a gastar el equivalente a los 3,2 millones de dólares que serían necesarios para poner una nueva capa asfáltica en la pista, que a pesar de todo aún tendrá que ser aprobada mañana por el inspector de seguridad de la FIA, Charlie Whiting. En lugar de ello, optaron por poner cuatro parches más en la pista.
Si Whiting da el visto bueno, los pilotos y las escuderías que disputarán la edición 35ª del Grand Prix de Brasil iniciarán el viernes los entrenamientos oficiales para la histórica prueba, en un circuito que varios pilotos coinciden en calificar de difícil. “La superficie de Interlagos es normalmente muy bacheada, así que trabajamos mucho en la suspensión para hacer el coche cómodo para manejar a lo largo de toda la carrera”, afirmó Alonso.
El compañero de equipo de Alonso, Giancarlo Fisichella, consideró que Interlagos “es una pista difícil, especialmente para el cuello, porque giramos en sentido contrario a las agujas del reloj, así que la parte izquierda del cuello lo pasa mal. Además hay muchos baches, lo que lo hace físicamente más duro. Y es un circuito corto, así que damos muchas vueltas. Todo ello significa que la resistencia física y mental son factores muy importantes”, agregó.
A su vez, el piloto brasileño Felipe Massa, compañero de Schumacher en Ferrari, advirtió que pese a las reformas que atenuaron las ondulaciones de la pista que resultaron de la reforma de 2000, Interlagos sigue siendo un circuito “muy exigente”. Según Massa, la pista “tiene muchos cambios de pendiente y es extremadamente bacheado, lo que añade una mayor exigencia física. Eso pone en tensión muchos músculos del cuello, porque tiene muchas curvas de alta velocidad que someten el cuello a mucha fuerza centrífuga. Incluso la recta principal tiende un poco a la izquierda. Además, dado que la longitud es corta, el número de vueltas de la carrera es alto. Va a ser una carrera difícil”, dijo.
No obstante, Massa aseguró que los problemas de la pista no afectarán a Ferrari: “La configuración perfecta es con mucha carga aerodinámica para las curvas, pero al mismo tiempo con velocidad y potencia para las rectas, y creo que nuestro coche tiene todo eso”.
Esa manifestación de confianza representa un aliento para Schumacher, quien, para alcanzar su meta de despedirse de la F-1 con la conquista de su octavo título, necesita no sólo ganar la prueba del domingo, sino que Alonso no logre sumar puntos.
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