Leandro Gracián no se resigna a que Monterrey, de México, no llegue a un acuerdo con Boca para que se concrete su regreso al fútbol argentino. El ex jugador de Vélez volvió a dar una nueva muestra de su interés por jugar, a partir de la próxima temporada, en el club de la Ribera. “Hay gente que está trabajando en esto. Les exijo que hagan todo lo posible y más para que se concrete. Las puertas todavía no están cerradas, más allá de que acá empezó el torneo”, remarcó Gracián.

El principal inconveniente para que se concrete el pase del volante radica en que el campeonato mexicano ya comenzó a jugarse. Esto implica que el libro de pases está cerrado, por lo que la única chance de que Gracián se incorpore a Boca es que la dirigencia del club argentino pague la cláusula de rescisión, valuada en 6 millones de dólares. Incluso, otra de las trabas es que el Monterrey ya no puede incluir jugadores en su plantel. En un primer momento, Boca ofreció a algún jugador –Neri Cardozo era una de las principales alternativas– como parte de pago, pero esta vía de negociación parece agotada, a menos que la entidad mexicana pretenda sumar a un jugador recién a partir de julio.

De todos modos, Gracián se esperanzó en que su transferencia se resuelva “en tres o cuatro días” y señaló que confía en que su representante, Jorge Cyterszpiller, “hará todo lo posible” para que la operación se concrete. “El técnico (de Monterrey, Miguel Herrera) me apoya, pero acata lo que dice la directiva. Sé que a los hinchas no les cayó bien que haya dicho que me quiero ir, pero no soy hipócrita, no les puedo mentir a la gente y a los directivos. Ya saben que tengo muchas ilusiones de jugar en Boca”, explicó el ex jugador de Vélez, quien admitió que pese a estar “anímicamente bien”, no la pasó “muy bien en los últimos días”, cuando las negociaciones por su pase a Boca se cayeron.