San Antonio arrancó con el pie derecho en la final de la NBA. Con una correcta labor de Emanuel Ginóbili y un escaso aporte de Fabricio Oberto, los Spurs se impusieron 85-76 a Cleveland y se colocaron 1-0 en la serie, que continuará el próximo domingo, otra vez en el AT&T Center, de San Antonio. Ginóbili terminó con 16 puntos (2-7 dobles, 3-5 triples y 3-4 simples) y ocho rebotes en 30 minutos, mientras que Oberto no anotó tantos y capturó dos rebotes en 17 minutos.

El arranque del partido marcó el predominio de San Antonio, que encontró varios caminos al gol, a través de Tony Parker y Tim Duncan. Parecía que se iba a escapar, pero Cleveland se las ingenió para meterse en partido sobre el final del primer cuarto y el comienzo del segundo. Claro que lo más importante para los Spurs resultaba la posibilidad de controlar a LeBron James, frustrado por la implacable de Bowen. Sin su figura en su mejor nivel, a Cleveland le costó encontrar puntos en otros jugadores.

Por el lado de San Antonio, la receta era la habitual: defensa muy dura, la conducción de Parker y la pelota para Duncan. Con esos argumentos le alcanzó para evitar la escapada de Cleveland e, incluso, recuperó la ventaja sobre el final del primer tiempo. Además, un triple de Ginóbili sobre el cierre le dio a San Antonio una ventaja de cinco puntos: 40-35.

Ese buen momento se prolongó en el tercer cuarto, el verdadero quiebre del juego. Con su juego habitual y el pase extra, San Antonio empezó a sacar diferencias con los tiros lejanos y buen pasaje de Ginóbili. Por eso llegó a estirar la ventaja a 18 puntos. Cleveland amagó con una reacción a partir del goleo de James, que convirtió dos triples consecutivos para acercar a su equipo a nueve tantos. Sin embargo, los Spurs consiguieron sostener la diferencia y se llevaron la primera victoria de la final.