Sábado, 3 de noviembre de 2007 | Hoy
DEPORTES › FERNANDO ALONSO SE FUE DE MCLAREN
El ex campeón del mundo rescindió el contrato con el equipo inglés, donde admitió que nunca estuvo a gusto. Las peleas con Hamilton y Dennis y perder el título precipitaron la salida.
Por Daniel Garcia Marco
desde Madrid
McLarenMercedes y Fernando Alonso parecían destinados a unir sus caminos. El romance comenzó en el Gran Premio de Brasil en 2005; la relación se consolidó poco después; el matrimonio se celebró en enero de 2007 y ayer, tras apenas un año, la relación se acabó. Tal como se preveía a partir de los conflictos que se dieron a lo largo del año y que culminaron sin el título ni para el español ni para la casa inglesa, las dos partes decidieron dar por concluido el vínculo que tenían por otra temporada. Así se rompió un contrato que parecía que iba a revolucionar a la Fórmula Uno, pero que terminó con más penas que gloria.
“Desde que era niño siempre quise correr para McLaren, pero a veces en la vida las cosas no funcionan”, comentó Alonso en el comunicado de ruptura. “No es un secreto que nunca me sentí como en casa”, aseguró el español de 26 años, despechado, ya que considera que hubo un trato de favor para su compañero, el británico Lewis Hamilton. El patrón del equipo, Ron Dennis, con el que mantenía una relación casi nula, no se explica el porqué. “Es un gran piloto, pero por alguna razón la combinación Vodafone –McLaren– Mercedes y Fernando no funcionó. Todos creemos que romper la relación es lo mejor”.
En el circuito de Interlagos en 2005 Alonso logró con Renault su primer título de campeón. Entonces, Dennis se le acercó y le preguntó si para 2007 le gustaría correr con las Flechas de plata, que no ganaban el título desde 1999. Faltaba un año para que Alonso terminara su contrato con Renault y se anunció el acuerdo, que no impidió que repitiera el título con la escudería azul un año después.
Era el momento de empezar a ser “McAlonso”. “Es un paso adelante en mi carrera. Aquí nace un nuevo equipo con un futuro prometedor”, comentó en enero en Valencia en la glamorosa presentación del equipo. “Antes había dos pilotos que casi no se hablaban, Kimi Raikkonen y Juan Pablo Montoya, y ahora están intentando construir un equipo”, afirmó el español, que desconocía lo que estaba por venir: sus roces con Hamilton y con Dennis.
El español estaba centrado en lo que definió como “un desafío”. Quería demostrar que había sido campeón dos años por su pericia como piloto, no sólo porque Renault contara con el mejor coche. Y lo quería demostrar con otro monoplaza, una leyenda que hacía muchos años que no lograba un título: el equipo en el que triunfó su ídolo, el brasileño Ayrton Senna.
El mismo veía bien el acuerdo. Su entorno y la prensa española dieron la bienvenida a un contrato que hacía a Alonso multimillonario. Llegaba a una de las dos potencias de la Fórmula 1 –junto a Ferrari– y dejaba Renault, un equipo con un futuro en entredicho. Iba a cumplir 26 años vestido de plata. Empezó con su exigente trabajo reclamando que había mucho por hacer para tener un coche competitivo. Luego se sorprendió –como todos– por el rendimiento de Hamilton, que pasó a ser su gran rival.
“No me encuentro cómodo con un compañero inglés en un equipo inglés”, fue su primera queja. “En el equipo se alegran más con los triunfos de Hamilton que con los míos”, prosiguió. El español se veía por primera vez retado por su compañero de equipo, con el que iba a luchar por el título, una situación novedosa. Alonso consideraba que había trato de favor para su compañero y se fue distanciando del equipo, sobre todo, cuando Dennis reconoció su relación “casi paternal” con Hamilton. “Cuando el jefe del equipo dice algo así de tu compañero y rival, uno sabe que no puede confiar ya más en lo que diga”, señaló Alonso.
El escándalo de espionaje fue el punto final a la relación. Según Dennis, Alonso dijo que le haría saber a la FIA la existencia de unos e-mails comprometedores para el equipo. El propio Dennis alertó entonces a la federación. Esos mails entre Alonso y el probador Pedro de la Rosa fueron clave para la dura sanción a McLaren, que sufrió una multa de 100 millones de dólares –reducida a 50 millones– y perdió el mundial de constructores.
Así se llegó a la recta final de la temporada con Hamilton y Alonso igualados y hablándose ya de la salida del español. McLaren había perdido el campeonato de constructores por la sanción de espionaje y se iba a jugar el de pilotos con sus dos ases por delante. Pero Hamilton, que llegaba con ventaja, desperdició su oportunidad en China y en Brasil. ¿Alegría para Alonso? Tampoco, pues el título fue a parar al Ferrari del finlandés Kimi Raikkonen.
¿Si hubiera sido él el número uno se habría dado tan desafortunado desenlace para el equipo? “No lo tengo que decir yo ni nadie, ellos sabrán lo que han apostado por mí en la segunda mitad del año, sobre todo cuando el año que viene el uno irá en una Ferrari”, comentó tras la carrera de Interlagos, la última como “McAlonso”.
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