“Es un sueño: tengo 19 años y voy a jugar un Mundial de Clubes. Tengo que aprovechar al máximo esta oportunidad que me da la vida.” Patrón del mediocampo de Boca pese a su juventud, Ever Banega empieza a aprovechar esa chance bien temprano, cuando Boca debute en el torneo que se disputa en Japón frente a los tunecinos del Etoile Sportive du Sahel, al que dice respetar porque “todos los conjuntos que llegaron aquí son campeones y tienen un enorme potencial”. El partido se juega en el Estadio Nacional de Tokio y una victoria catapultará al conjunto argentino directamente a la final del próximo domingo.

Banega se consagró campeón mundial juvenil en el torneo celebrado en Canadá a mediados de año y fue una de las figuras de Boca, junto con Juan Román Riquelme, que se coronó campeón de la Copa Libertadores de América, al vencer al Gremio de Porto Alegre. Su momento más bajo del año fue el último superclásico, cuando se fue expulsado, y luego mantuvo una fuerte discusión con el entrenador Russo.

“La ansiedad por jugar el primer partido del Mundial está muy presente, hablo mucho con mis compañeros, sobre todo los más experimentados, porque ellos ya vivieron lo que ahora me toca vivir a mí”, añadió. “Es un equipo aguerrido –dijo de los africanos–, pero nosotros pensamos en Boca, porque tenemos que mejorar, levantar la imagen y sobre todo ganar este partido.”

La expectativa de los hinchas, más que la de los jugadores, está puesta sobre una posible final contra el Milan, el campeón europeo, que debutará mañana ante los japoneses del Urawa Red Diamond.

“Sabemos que el Milan está considerado el favorito, por la cantidad de estrellas y grandes jugadores que tiene, pero Boca es el último campeón sudamericano y también tiene mucho arraigo aquí, porque ya ganó dos de las tres copas que jugó”, opinó el rosarino.

“El Milan es un equipo grande, como todos los que están aquí, pero Boca tiene lo suyo, y tratamos de pensar más en nosotros para que las cosas nos salgan bien. Estamos muy concentrados en el objetivo que tenemos”, remarcó.

Banega destacó que en los entrenamientos “el equipo está jugando bien y está manejando bien la pelota. Seguramente vamos a mejorar el rendimiento en el mediocampo, pero estamos bien, con muchas ganas de entrar a la cancha para jugarnos la primera final”.

El partido contra el Etoile se disputará con un “balón inteligente”, un nuevo experimento de la FIFA. Se trata de una pelota que contiene un circuito electrónico que envía señales cuando cruza la línea de demarcación del campo de juego y evita dudas en caso de goles polémicos. La pelota con la que se jugará el partido contiene un circuito electrónico integrado de 1,5 centímetro que envía señales cuando cruza la línea de gol o la línea demarcatoria del campo de juego. La señal llegará a una computadora a través de doce antenas ubicadas en las esquinas del campo de juego y los travesaños, del Estadio Nacional de Tokio.