En medio de la polémica por las duras declaraciones del paraguayo Julio César Cáceres, Juan Román Riquelme retornó a las actividades en Casa Amarilla para entrenarse con el plantel. Desafectado del seleccionado por suspensión, el diez de Boca ya se puso a disposición del técnico y trabajó a la par de sus compañeros, en un clima distendido en el que abundaron las bromas. Mientras tanto, Carlos Ischia no dio indicios aún sobre los once que enfrentarán a River el próximo domingo en el estadio Monumental. Pero se cree que ni Cáceres, que volverá al club el jueves, ni el arquero Mauricio Caranta formarán parte de la alineación titular que jugará el superclásico.

Cerca de las 10, los jugadores salieron del vestuario y se dirigieron a la cancha auxiliar de césped sintético, pero no se pusieron a entrenar inmediatamente. Ya que durante algunos minutos, el técnico reunió al grupo y tuvo una charla en la que habló supuestamente del duro compromiso que les tocará afrontar el próximo domingo. Después, los jugadores se movieron a las órdenes del profesor Juan Manuel Alfano, y Riquelme trotó con sus compañeros, casi siempre muy próximo a su amigo Hugo Ibarra y al recién llegado Luciano Figueroa, que estaría en condiciones de jugar algunos minutos ante River si es que llega el transfer desde Italia.

Respecto de la formación que jugará desde el arranque en el clásico, Ischia no despejó sus dudas. Sin embargo, todo parecería apuntar que habrá una variante obligada en defensa, por la vuelta del recuperado Ibarra, y además cabría la posibilidad de otro cambio por la entrada de Forlín, que sustituirá a Cáceres. También, el técnico tendría otra duda planteada en el mediocampo entre Dátolo y Gracián. En el ataque, Palacio jugaría como titular, acompañado por Viatri.