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–¿Cómo se lleva con Julio Grondona en la AFA?
–Tenemos algunas diferencias, pero en términos generales bien. Yo lo que aprendí con Julio es que hay que estar siempre atento.
–¿Atento a qué?
–Siempre atento, no hay que descuidarse porque hay intereses alrededor del fútbol que a veces no tienen el equilibrio correspondiente. Descubrí que, cuando uno va y habla de frente con Grondona, las cosas se consiguen más que cuando se buscan otras formas de llegada. Si una persona como él está desde 1979 en la AFA y es vicepresidente de la FIFA, no debe ser por tonto. Algunas condiciones importantes debe tener, ciertos valores humanos que sirven.
–Usted proviene del sindicalismo y de la política, ¿considera que la AFA es como un ministerio más, irradia tanto poder?
–La AFA tiene poder, la FIFA tiene poder. Cuando se comprueba que el tercer presupuesto del mundo es el de la FIFA, resulta demasiado importante. En el fútbol hay demasiados intereses o están en juego cifras como cuatro o cinco mil millones de francos suizos. No son poca cosa.
–A propósito de la AFA, ¿le consta que en todos estos años lo hayan querido desplazar a Grondona desde algún gobierno?
–Me consta totalmente. No voy a dar nombres, pero... lo intentaron en la década del ‘80 y en la del ‘90. Pero debe tener atributos que lo llevaron a superar esa situación. Fueron dos gobiernos democráticos de diferente origen político, pero quienes trataban de desplazarlo también tenían su poder.