Viernes, 9 de septiembre de 2011 | Hoy
DEPORTES › OTRA VICTORIA DE ARGENTINA EN EL PREOLIMPICO
La fase inicial concluyó con un triunfo contundente contra la República Dominicana y será Puerto Rico el rival de mañana en las semifinales. Una nueva victoria asegurará la clasificación a los Juegos Olímpicos.
Por Ariel Greco
Luego del golpe que significó la pérdida del invicto ante Brasil, la Selección Argentina mostró claros síntomas de recuperación y despachó por un contundente 84-58 a República Dominicana, para cerrar de la mejor manera la fase inicial. Ahora, la esperada semifinal por un pasaje a Londres será ante Puerto Rico, que anoche cayó ante Brasil.
“Fue una noche de aprendizaje”, sentenció Carlos Delfino a la derrota ante Brasil. “Los jugadores reaccionaron como yo quiero que lo hagan después de un partido perdido”, agregó Julio Lamas. Y así lo demostraron. La lesión de Nocioni obligó al DT a cambiar la estructura. Con Oberto entre algodones, el que se benefició fue Kammerichs, quien aprovechó de la mejor manera la oportunidad en esos primeros minutos. En ataque sumó cuatro puntos y en defensa controló al temible Horford, tomó cuatro rebotes y colocó dos tapones que levantaron al estadio. Con su inesperado protagonismo, Argentina tomó una pequeña luz de ventaja, aunque la mano de Francisco García desde lejos mantenía a los caribeños siempre cerca. “Horford es una de las figuras del torneo y era necesario anularlo. Sabía que era fundamental hacer ese trabajo y me preparé sólo para que no pudiera tocar la pelota”, resaltó el inesperado héroe de la noche. “Lo de Kammerichs fue impecable”, elogió Ginóbili. “No sólo aportó rebotes y tapas. Anular a Horford, que es un All Star, no es sencillo y lo hizo perfecto”, agregó el bahiense. Más allá del buen trabajo del correntino, el equipo de Lamas aparecía otra vez trabado en ofensiva, aunque la intensidad en defensa le daba suficientes réditos como para mantener la diferencia. Además, la entrada de Jasen, otro que tuvo más minutos por la ausencia de Nocioni, también resultó positiva porque se prendió con acierto en la lucha de los rebotes en los dos tableros. “Ganamos claramente. La defensa interior fue muy buena y neutralizamos un ataque picante, con muchas penetraciones”, indicó Lamas.
Cuando la ofensiva argentina amagaba con complicarse como ante Brasil, con poco juego de pase y escasa efectividad en los lanzamientos, la aparición de Ginóbili en el juego modificó el panorama en un ratito. Dos triples y dos corridas del bahiense en poco más de tres minutos abrieron la brecha a más de diez puntos. A esa altura, Dominicana ya había puesto en juego a Horford, ausente en el primer cuarto, pero veía cómo Argentina se alejaba de la mano del escolta, que terminó el parcial con 3-3 triples. Parecía que el trámite comenzaba a resolverse cuando la Argentina estiró a 14 puntos su diferencia (37-23), sobre todo porque mandaba en los dos tableros. Sin embargo, dos triples afortunados de Ramón, con marca encima y cuando se acaba la posesión, más una pérdida argentina, devolvieron a Dominicana al partido, que pudo cerrar a sólo seis puntos (39-33).
La incógnita pasaba por saber si los caribeños podían sostener ese ritmo, con una rotación mucho menos profunda que los argentinos. Y si bien llegaron a acercarse a sólo dos puntos, con la entrada en escena de Scola y la aparición en el juego de Delfino, el equipo de Lamas cerró bien ese tercer cuarto y provocó el quiebre definitivo. “En el segundo tiempo los desgastamos y llegamos a un cierre tranquilo, pero el partido no fue fácil”, señaló Ginóbili, que concluyó con 17 puntos, 13 de ellos en segundo cuarto. “Terminé muerto, en el segundo tiempo no tenía piernas y por eso ya no intenté penetrar y me dediqué a pasar”, reconoció el bahiense.
Pero, más allá de ese desgaste, Dominicana lo sufrió más que Argentina. Y muy pronto se entregó, sin oponer resistencia. Entonces, el equipo de Lamas terminó de construir una victoria cómoda, con Kammerichs (diez puntos, nueve rebotes y cuatro tapas) como figura excluyente. Por eso, el grito de “Yacaré, Yacaré” y la ovación con la que lo premió el público no fueron sorprendentes. “Más que nunca, trato de aferrarme bien al piso. Esas cosas pueden provocar algún mareo y yo no quiero equivocarme”, resaltó el correntino. “Kammerichs vino y trajo soluciones”, lo elogió Lamas. El final fue con floreo, algunos lujos y los cantos de la gente, que ya se fue palpitando la definición de mañana, que será ante Puerto Rico.
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