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La ofensiva contra Irak estará liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña aportará unos 40.000 soldados y varias naves de guerra para ayudar a su socio trasatlántico. Pero el conteo de cañones terminó de definirse ayer con dos incorporaciones a la “coalición de los voluntarios” de Bush en el plano militar: Australia y Polonia. El gobierno australiano aportará 2000 soldados, 14 aviones caza y tres buques de guerra. El polaco colaborará con un envío simbólico, si es solicitado, de 200 soldados y un buque que ya se encuentra en el Golfo. Canadá, que también tiene tropas desplegadas en el Golfo, afirmó ayer que no apoyará una ofensiva sin el respaldo de la ONU.
El premier australiano John Howard se enfrenta a un fuerte rechazo ciudadano a su decisión de participar en la guerra, mientras que el opositor Partido Laborista exige la retirada de las tropas australianas en la zona. La Cancillería australiana pidió ayer a sus ciudadanos en Irak, Kuwait e Israel que salieran de esos países. En el caso de los polacos, el premier Leszek Miller recalcó que todo está preparado para que, en el caso de que la coalición lo solicite, puedan desplazarse al escenario de operaciones unidades polacas especializadas en la neutralización de los efectos de armas de destrucción masiva y en la descontaminación de las zonas afectadas.