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–¿Los cambios en el programa de los Juegos Olímpicos son para controlar el gigantismo o para actualizarlo?
–Para fortalecerlo y modernizarlo. El gigantismo es otra cosa: las infraestructuras, las acreditaciones, el presupuesto tecnológico... El programa va por otro lado. Vamos a mantener 28 deportes, 300 pruebas y 10.500 atletas como en Atlanta y Sydney. No bajamos el número, pero vamos a ver si hay deportes que deben salir y otros que deben entrar. Es una preocupación de calidad, no de cantidad.
–En la reunión de México le rechazaron los cambios, la propuesta de expulsión de algunos deportes. ¿Le sorprendió esta derrota?
–Si se mira superficialmente, había una propuesta, que fue rechazada y pareció una derrota. Pero se lograron dos medidas históricas y que las federaciones propusieran cambios que examinaremos en Atenas. Yo quedé muy satisfecho. Desde 1896, el COI ha ido aumentando el programa. En los últimos 20 años se ha pasado de 19 deportes a 28. Tenemos un programa atractivo, pero muy amplio. La primera decisión era limitar el futuro a 28 deportes, 300 pruebas y 10.500 atletas. Es la primera vez que el COI hace eso desde su fundación. En segundo lugar, hemos acordado que, después de cada uno de los Juegos, evaluaremos todos los deportes y decidiremos los que entran o salen. Es la primera que hacemos eso desde 1936, cuando salió el último, el polo.
–El atletismo, el rey de los Juegos, parece habérsele enfrentado.
–El COI necesita al atletismo y el atletismo necesita a los Juegos porque sin ellos no podrá mantener su posición y éstos no serían los mismos sin él. Tenemos que estar juntos y lo estamos.
–¿Y el fútbol?
–No hay deporte que no entienda la importancia de estar en el programa, incluido el fútbol. Ya lo dijo Joseph Blatter de manera clara.
–Sin los mejores jugadores.
–Es muy difícil, casi imposible, porque el calendario de los Juegos y el de los clubes que les pagan son conflictivos. Pero el fútbol en los Juegos es un éxito porque es el segundo deporte en la audiencia televisiva y el primero en la venta de entradas. Y su sistema da más posibilidades a otros continentes, como hemos visto con los triunfos de Camerún y Nigeria, algo muy bueno. Y el torneo femenino olímpico es más importante que su propio Mundial.