Julio César Falcioni y Román Riquelme asumieron desde siempre que lo suyo fue una suerte de “relación por conveniencia”, razón por la cual la historia de desencuentros empezó casi desde el mismo momento en que el técnico llegó a Boca.

En enero del año pasado, cuando Falcioni apenas había pisado la Bombonera, se dio el primer cruce. Con Román lesionado, el técnico apostó a un esquema táctico 4-4-2, que prescindía del tradicional enganche, y el equipo se mantuvo invicto en los certámenes veraniegos. Pero Riquelme volvió a jugar en el debut en el Clausura y Boca perdió 4-1 con Godoy Cruz. Por un golpe, Riquelme no estuvo en el siguiente partido, la victoria 1-0 sobre Racing en Avellaneda. Y esa fue una oportunidad que Falcioni creyó propicia para sacarse de encima al ídolo. Aquel sábado de febrero, luego de que Riquelme hubiera declarado que estaba en condiciones de regresar, el volante estuvo corriendo por la tarde con el preparador físico Gustavo Otero, mientras que por la noche los titulares empataron 0-0 con All Boys. Hace unos días, para demostrar que no hacía lo que quería en el club, Riquelme recordó el hecho. “Antes de jugar contra All Boys, Falcioni me hizo correr solo como un boludo y yo no dije nada.”

Un dato que no se puede soslayar es que Falcioni siempre comulgó con Martín Palermo en la interna del plantel hasta el retiro del goleador. Pero Jorge Ameal, anterior presidente, medió para que la situación no se complicara más y hubo convivencia adecuada. Además, los resultados ayudaron, luego de los triunfos consecutivos ante Colón y Estudiantes, con goles de Riquelme. Entonces, el técnico, en conferencia de prensa, hasta elogió “la entrega” del capitán en pos del equipo.

Ya en el Apertura, Riquelme brilló en los primeros partidos y lideró a su equipo para tomar una buena ventaja, que se terminó de coronar con el título, aunque con el enganche ya afuera del campo por una fascitis plantar. “El técnico tiene que seguir porque el equipo salió campeón y está invicto”, dijo Riquelme, que le agradeció a Falcioni la chance de jugar unos minutos en el partido de la coronación ante Banfield.

En el verano, el volante hizo una pretemporada especial y no pisó la cancha. Además, la situación cambió por los pobres rendimientos del equipo, a pesar de las dos victorias ante River y la clasificación ante Santamarina de la Copa Argentina. “Boca no está jugando bien y tenemos que mejorar. No siempre vamos a tener suerte”, resaltó Riquelme en el anteúltimo capítulo de la saga. El siguiente fue en el vestuario de La Carolina, en Barinas.