Si bien la Copa Argentina nunca fue prioridad para Boca, el mal comienzo en el Inicial con una derrota abultada ante Quilmes le sacó el gusto de premio consuelo al club y, sobre todo, a Julio César Falcioni, que necesitaba un nuevo título para alejar los fantasmas que indicaban que un resultado adverso podría sellar su salida del banco xeneize. El camino hacia el título no fue nada fácil para Boca. En su primer encuentro, por los 32vos de final, el elenco de la Ribera logró deshacerse del duro Santamarina del Argentino A en penales, una vía que fue constante lo largo del campeonato. Luego llegó Central Córdoba, de Primera C, al que venció 2-0. Ya en octavos, tras una definición interminable en los penales (se patearon 26), Boca eliminó a Olimpo, mientras que en cuartos, otra vez desde los doce pasos, sería Central el que se despediría. En semifinales, los de Falcioni igualaron 1-1 (con un golazo de tiro libre de Riquelme) ante Merlo (B Nacional), a quien venció, una vez más, por los penales.